Por Juan Carlos Rodríguez Terrazas
Reynosa, Tam.- Con la frente en alto como parten quienes de nada tienen que avergonzarse, asi lució en su ataúd de madera, en el último adiós que familiares y amigos le tributaron hoy al periodista Francisco Javier Rojas Ruiz, quien lamentablemente, murió el pasado viernes 20 de septiembre de un fulminante ataque al miocardio.
Hoy su familia a la que tanto le amó y algunos de sus más apreciables compañeros de brega periodística, le acompañaron a su último pase de lista por esta bendita existencia, brindándole una fuerte ovación mientras su cuerpo bajaba a la que hoy es su última morada.
Elogios los hubo y muchos, para “el profesionista creativo, capaz, amigable, filántropo, inteligente, necio, a veces iracundo con la injusticia, e indómito ante el amague de funcionarios corruptos y jamás cobarde…”
En la capilla magna de funerales Gayosso, centenares de flores blancas y rosas rojas adornaron el espacio durante su breve estancia, como breve su paso por la existencia; no se pudo ocultar que el Ayuntamiento de Reynosa, no mandó ningún arreglo o quizá su familia no lo quiso recibir.
Paco Rojas, en cambio recibió la admiración y respeto del Gobernador del estado, Américo Villarreal Anaya; del congreso saliente y entrante; de líderes sindicales como Alberto Lara Bazaldúa; de algunos regidores de forma individual; de asiduos radioescuchas; de sus estimados maestros, de médicos, de funcionarios como Marcelo Olán Mendoza, de amas de casa, de jornaleros, del pueblo…
Y expuso uno de sus consanguíneos en una intervención: Hace unas semanas durante un convivio familiar, mi hermano me dijo que siempre había sido feliz, que no tenía rencores ni rencillas con nadie, que amaba con pasión su carrera de periodista, con tal fervor como lo hizo con su único hijo Javier, que ahí presente tuvo los arrestos y gallardía necesarios para, en medio de su pena, expresar su gratitud por su amoroso padre que siempre lo paseó y lo aconsejo para hacerlo un hombre de bien.
También hicieron uso de la palabra un amigo de trabajo y una prima de Paco que mostró el lado amable del familiar solidario y sonriente que llevó a sus tíos por todos lados, antes de que la nefasta muerte cargara con ellos.
Notables también las breves, pero concisas palabras de los periodistas Alejandro Alonso Rico y Alfonso Madera Martínez; no hubo ademanes de soberbia, ni aspavientos ante el soldado caído, solo el reconocimiento a la humilde labor, encima de todos los errores que pudo haber cometido.
Hoy se despidió al familiar, al hombre, pero sobre todo al amigo, con el que tuvimos la fortuna de convivir por este breve paso la nuestra existencia.
Descanse en paz compañero Francisco Javier Rojas Ruiz…