Además del Nearshoring y el déficit fiscal, Claudia Sheinbaum tiene la misión de resolver problemas de seguridad para aliviar incertidumbre de inversores.
El potencial del nearshoring, la revitalización de un crecimiento económico cada vez más bajo y el control presupuestario marcarán el arranque del Gobierno de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, en un contexto de incertidumbre por la reforma al Poder Judicial, con la que los jueces serán elegidos por voto popular, y la inquietud creciente de mercados e inversores.
Desde que ganó las elecciones de manera aplastante en junio, Sheinbaum ha visto cómo la economía ha registrado diversos episodios de volatilidad, con el peso mexicano debilitándose notablemente hasta rozar los 20 pesos por dólar a comienzos de septiembre, un nivel no vistos desde 2022.
Además, la economía mexicana está en plena desaceleración. El Banco de México (Banxico) ha recortado de manera reiterada las previsiones de crecimiento para esto año al 1.5 por ciento, más de la mitad del 3.2 por ciento registrado el año pasado, y espera que el frenazo continúe en 2025.
“El débil desempeño de la economía durante los últimos trimestres, junto con un sombrío panorama para la inversión y la necesidad de consolidación fiscal, ha aumentado la probabilidad de una recesión técnica en México”, apuntó el banco.
El corazón de la economía
Asimismo, los expertos coinciden en que México debe dar un salto cualitativo tanto en materia de suministro energético, especialmente renovable, así como modernización de las infraestructuras básicas de transporte y agua para poder convertirse en el campeón mundial de la relocalización.
En mayo, Carlos Torres, el presidente del grupo financiero BBVA, uno de los principales bancos en México, aseguró que “si México es capaz de resolver este cuello de botella y también los existentes en infraestructuras de transporte o en abastecimiento de agua y adopta las medidas correctas en materia energética” la inversión extranjera directa aumentará de forma “muy relevante”.
La primera cita será presentar un presupuesto en noviembre que dé confianza sobre el manejo de las finanzas públicas. Entre los objetivos esbozados por el equipo económico está la reducción del actual déficit fiscal de casi un 6 por ciento del PIB, aunque ha advertido que no aumentará los impuestos.
Sergio Cárdenas, profesor investigador de la Escuela de negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), subrayó a EFE que Sheinbaum deberá delinear
un ajuste fiscal “creíble” como primer reto en la materia.Cardenas considera poco realista la promesa de reducirlo hasta un 3.5 por ciento en un solo año, como ha señalado la futura mandataria, y apuntó como más factible una rebaja progresiva.
Por ello, vaticinó que Sheinbaum deberá tomar “decisiones difíciles”, pues recalcó que no es fácil decidir recortar gastos en sectores como la salud, la educación y la seguridad.
Seguridad, crucial para la confianza
Por su parte, Ignacio Martínez, Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) opinó que la seguridad será un tema “crucial” ya que impacta en todos los ámbitos y de manera particular en la parte económica.
En este sentido, advirtió que la estrategia de seguridad pública nacional que defina Sheinbaum deberá de dar “enormes resultados” en el arranque de su sexenio, para dar señales alentadoras a los inversionistas.
Aunque la ola de violencia que vive México es no es generalizada y tiene especial incidencia en puntos geográficos específicos, los empresarios e inversores han expresado su preocupación por los problemas que genera a la ahora de aumentar la capacidad productiva.
El crimen organizado se ha adaptado a los nuevos tiempos y se ha involucrado directamente en varias lucrativas industrias como las exportaciones agrícolas en estados como Michoacán y la minería en Sonora, lo que complica aún más la situación.