Ya no quiero hablar del Innombrable.
Muchas fechorías hizo cuando fue gobernador de Tamaulipas y todas ellas ya las sabemos al dedillo.
Mejor hablaré del juez corrupto que le obsequió al amparo definitivo contra la orden de aprehensión que tenía vigente por delincuencia organizada y lavado de dinero.
Faustino Gutiérrez se llama el leguleyo de marras. Luego de su veredicto favorable al panista en el exilio, la Fiscalía General de la República declaró que actuó como un defensor de oficio más que como un garante del respeto a las leyes del País.
¿De cuánto habrá sido el cañonazo esta vez?
En una colaboración anterior decía yo que los funcionarios corruptos que salen hinchados de lana tarde o temprano tendrán que desembolsar una buena parte del producto de su latrocinio para cubrirse las espaldas. Se le conoce como “vómito negro”.
Pero como ya sabemos, el Innombrable tiene para ese y muchos vómitos más, porque resulta incalculable la fortuna que logró amasar en apenas seis años.
Entre las riquezas obtenidas por él y su familia están los doce ranchos que ya muchas veces hemos referido, con nombres y ubicaciones, tal como en su momento lo denunció El Perro Pantorrillero ante la Fiscalía General de la República.
Este, sospechosamente, se volvió ojo de hormiga de la noche a la mañana y se dice que le untaron muy bien las manos.
Con ser hombre de las confianzas del aspirante a la presidencia de la República, Ricardo Monreal Ávila, el Perro Pantorrillero ya no asoma ni las narices.
Este miércoles por la tarde, viendo material de las redes sociales, me encontré con una supuesta entrevista, que creo que es un montaje chafa, donde supuestamente el periodista Ciro Gómez Leyva lo entrevista en su programa por medio de una videollamada.
En dicha entrevista asegura que está listo para participar con su partido en lo que tenga que venir, pero no responde a la pregunta directa si va a buscar la candidatura a la Presidencia de la República.
En lo que toca al juez Faustino Gutiérrez, los diputados de la bancada de MORENA en el Congreso de Tamaulipas hicieron un llamado al Consejo de la Judicatura Federal para que revise todo el expediente mediante el cual se exoneró al Innombrable, y de tener alguna responsabilidad por aprovechar su cargo en beneficio del inculpado, que se le llame a cuentas y se inicie un proceso penal en su contra por los delitos que resulten.
Es un secreto a voces que los jueces, quienes deben garantizar la imparcialidad de la ley, son los primeros en torcerla, porque conocen al dedillo todos los vericuetos y lagunas legales.
Durante los años y décadas que han medrado en los tribunales, se han hecho dueños del Poder Judicial y no hay forma de llevarlos a ellos mismos al banquillo de los acusados porque siempre de los siempres podrán escabullirse.
La Fiscalía General de la República aún tiene la posibilidad de impugnar el resolutivo del Juez ante un tribunal colegiado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Con lo que no cuentan en el Gobierno de la Cuarta Transtornación es que entre gitanos no se leen la suerte y lo más probable es que no puedan penetrar la pared de complicidades que se ha tejido desde hace muchos años en el Poder Judicial.
Viene el refrán estilo Pegaso: “El excelente magistrado por su habitáculo da inicio”. (El buen juez por su casa empieza).