Amable lector, cómo usted bien lo sabe, la Semana Santa o Semana Mayor es un período de 8 días en el que dentro del Cristianismo Católico se conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de diferentes celebraciones que recuerdan los distintos sucesos de los últimos días de la vida de su protagonista. Es decir, la última cena, viacrucis, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
Previo a la pandemia causada por el “COVID”, conmemorar y celebrar la Semana Mayor, era una tradición genuina del Pueblo Mágico de Tula. Nos fuimos a saludar a los amigos del café desde el viernes Santo, con quienes por la mañana disfrutamos un rico cafecito y por la tarde nos fuimos a la plaza, pensando que encontraríamos unas concurridas celebraciones, pero para sorpresa nuestra fue todo lo contrario.
Entrados en materia y de lleno, un conocido abogado de alta devoción católica nos comenta que las celebración del viacrucis se realizó de forma muy pero muy modestia, pues usted sabe, el comité encargado fue a pedir apoyo al alcalde golondrino Antonio “Láminas mentiras” Leija Villarreal desde el mes de febrero y con tiempo, pero nunca lo encontraron y cuando los recibió, les dijo: “a qué vienen, no hay presupuesto para eso”. Grosero.
El distinguido abogado nos comenta que el Pueblo Mágico de Tula está en un calvario, con un alcalde que goza de un alto nivel de arrogancia e ignorancia. Y cada vez como el nopal, le encuentran más propiedades. ¿Será cierto? Los amigos del café al escucharlo, igualmente compartieron sus puntos de vista, usted sabe, ellos de todo se enteran y si no le inventan.
Según los cafeteros, los encargados del turismo municipal, sobre la hora, como es su costumbre y sin organización, sin planeación y sin rumbo, mediante las redes sociales se inventaron unos cuantos eventos y concursos que no realizaron. Y el domingo ya muy tarde traían muy apurados a los alumnos de la “casa de cultura” para que se presentaran a bailar o cantar en carácter de urgencia.
El cafetero toma fotos nos dice, que quien ha quedado muy mal es el encargado de turismo municipal José Luis Ramírez Olivo, pues se quiso apropiar de las celebraciones religiosas y como el comité encargado no le permitió tal intromisión, el “ex sacristán” tomó revancha y justo a los horarios de las misas dominicales encendía las bocinas del “máster” a su máximo volumen. Ahora la grey católica entiende de dónde viene tanto desprecio, bloqueo y nulo apoyo hacia las tradiciones representativas del Pueblo Mágico de Tula. El Cafetero de las refacciones dice: “Pero hay un Dios, que todo lo ve”, diría mi amigo Mario del periódico “La Pista” de Ciudad Victoria.
A propósito, los madrugadores cafeteros se preguntan por el “Comité de Pueblo Mágico”, ni sus luces al parecer. Los integrantes de ese Comité solo aparecen en tiempos de política, y más si hay que ir de relleno en una candidatura o para la foto con algún candidato, o vaya usted a saber con que fines utilizan ese patronato.
Según el cafetero clandestino nos dice, que ese Comité de Pueblo Mágico no organiza ni una carnita asada, entre ellos. ¡Qué barbaridad! En resumen, el Pueblo Mágico de Tula, representado por el fuereño alcalde Antonio “Láminas mentiras” Leija Villarreal, no tuvo ni para un piloncillo. Se los hubieran pedido fiados a “Don Amado” de Cieneguilla, que les faltaba, nos dice el cafetero que escucha tras las paredes. Que caray, no les digo. Mejor ahí la dejamos.
NOTAS CORTAS
1.- Circula en redes el hartazgo de los vecinos de la calle Dr. Millet por un nuevo “Bar” propiedad de un ex presidente municipal. Nos dice el cafetero clandestino. Le quiere hacer competencia al búnquer o a la academia de la Canoa.
2.- El cafetero que escucha tras las paredes de la abandonada presidencia municipal nos dice, que el fuereño alcalde de Tula tiene más propiedades que el nopal. Por tal razón, no arreglan el drenaje; es más barato arrojar cal y que los tultecos la respiren. Ya están acostumbrados a la pestilencia.
3.- Hablando de las fugas de drenaje precisamente, un carismático vecino de la calle Abasolo se nos acercó para hacer una denuncia pública, también hasta su casa le llegaron las aguas negras. Llamó a la COMAPA pero el gerente sigue de vacaciones y en su piscina, dicen aquellos del coffee breck.
4.- El distinguido abogado católico entrado en ambiente y rodeado de algunos cafeteros, se lleva bien con ellos. Nos comenta que hay tal distanciamiento con la Iglesia católica de parte del gobierno municipal de Tula, tanto así, que el alcalde “golondrino” se ha negado a reparar el histórico reloj de la Iglesia. Nos pide que le recordemos al oriundo de Nuevo León que el reloj es Patrimonio de los tultecos.
5.- Por cierto, ya salimos de los festejos del día de pascua y falta casi un mes para celebrar el Día de las Madres. A ver si ahora si el alcalde fuereño de Tula “se pone la del puebla” y si no, eso no es tener madre. Digo por ser un día tan especial. ¿O no?
6.- Anote esto y con esto nos despedimos… A estas alturas ya se empiezan a mover para la elección municipal del 2024 y eso es bueno para unos y para otros no. Por lo pronto, Brisa Verber Rodríguez, no tendrá problema para buscar la reelección en Bustamante. Su trabajo la recomienda y está presente por toda la comunidad, además es institucional y respetuosa de los tiempos.
Por hoy es todo, en la próxima seguiremos dialogando del acontecer político tamaulipeco.