Sunday, October 27, 2024

Al Vuelo-Grinch

Por Pegaso

Sabemos que ya tenemos encima la navidad cuando en todos los negocios ponen la canción del Burrito Sabanero o la de Los Peces en el Río, pero, ¿saben mis dos o tres lectores cuál es el significado real de la Navidad, tomando en cuenta que el Jesucristo histórico no nació la noche del 24 de diciembre?

Para empezar, el nombre verdadero es Natividad. Con el paso de los siglos y el uso, se hizo más común la palabra navidad, que es sinónimo del festejo de corte religioso que se realiza la noche del 24 de diciembre. Por otra parte, natividad, que proviene del latín, significa simplemente nacimiento.

En el Nuevo Testamento no se menciona el día exacto del nacimiento de Jesús de Nazaret, pero fue el Papa Julio I quien estableció el día 24 de diciembre como la Nochebuena y el 25 como la Navidad, y es en síntesis lo que festejan todas las personas de países con mayoría de devotos católica.

La Iglesia, cuando empezó a tener cada vez más fuerza, empezó a sustituir las fiestas saturnales de la antigua Roma por otro tipo de celebraciones más apegadas a la nueva fe religiosa.

Y así fue como nos metieron a chaleco el mito del nacimiento del Niño Dios, con los Reyes Magos, la Estrella de Belén, el pesebre, José y María, los villancicos y mil ideas más que actualmente sirven para que compremos compulsivamente.

No es que yo sea un grinch, pero me gusta diferenciar la realidad de lo simbólico.

Santa Claus, por ejemplo, no es un viejito barbón de traje rojo que vuela por los cielos llevando regalos a los niños que se portaron bien durante el año a bordo de un trineo jalado por renos.

No. El personaje se basa en un sacerdote llamado Nicolás, al que después la Iglesia Católica canonizó, convirtiéndolo en San Nicolás de Bari.

Es el patrón de los marineros, los comerciantes, los arqueros, los ladrones arrepentidos, los niños, los cerveceros, los prestamistas, los solteros y los estudiantes.

Según dice su biografía, tenía el hábito de hacer regalos, ya que era de una familia adinerada.

En contraposición al espíritu navideño, de alegría y entusiasmo que invade a la mayoría de las personas, está un personaje conocido como El Grinch.

Se trata de un carácter creado por el Dr. Seuss y su primera aparición fue en el libro infantil “¡Cómo El Grinch se robó la Navidad!”

Se supone que El Grinch representa la antítesis de la Navidad, haciendo referencia al excesivo consumismo que se vive en esta época.

En la película de año 2000, se relata una historia de este personaje, alternando con los pequeños habitantes de Villaquién, que viven dentro de un copo de nieve.

El Dr. Seuss, para nombrar a su personaje, modificó la palabra grounchy (gruñón).

Las posadas, por otro lado, son una representación de la peregrinación que tuvieron que hacer José y María para que naciera su hijo.

Según la historia, solo una persona les ofreció un humilde pesebre y ahí fue donde ocurrió la Natividad de Jesús, en un pueblito de Judea llamado Nazaret.

Hoy en día, posadas es sinónimo de fiesta, desmadre, chupe e intercambio de ragalos.

Ya desde ahora empiezan a joder los eternos gorrones con aquella frase de: “¿Para cuándo la posada?”

Sin saber que es una chinga organizar todo, desde solicitar los regalos que se van a rifar a los políticos y funcionarios más desprendidos, hasta ver quién prepara la cena o quién se picha las chelas.

Para que a final de cuentas solo vayan unos cuantos porque a los demás les salió otra posada con más regalos.

Por eso ya no me meto a organizar posadas.

Me ha entrado el espíritu de El Grinch.

Mejor los dejo con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Javier Solís que dice: “Ya está arribando el duodécimo mes del año y sus festejos de la Natividad de Jesucristo”. (Ya va llegando diciembre y sus posadas).

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