¿Quién dice que China es comunista?
Lo será de dientes para afuera, porque la mera verdad es que los grandes consorcios económicos son los que mandan en aquel país del lejano oriente.
Socialismo, por definición, es aquel sistema económico, político e ideológico donde los medios de producción están en poder de la sociedad, de la gente.
Sin embargo, en las redes sociales aparecen casos de explotación extrema, donde lo más importante es producir más al más bajo costo.
Por eso China se ha convertido en la primera potencia mundial. Primero, porque tiene una población de casi 1,500 millones de habitantes a quienes explotar, segundo, porque el socialismo los ha programado para eso, para trabajar a destajo.
Fíjense. Desde antes del año 2,000 A.C., la sociedad china era gobernada por sucesivas dinastías de emperadores. En 1911 fue derrocada la última dinastía china, pero llegaron los japoneses a invadir hasta que éstos fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial.
Para 1949, Mao Tse-tung y el Partido Comunista se hicieron del poder y desde entonces empezaron a batallar por el desorden y la delincuencia.
Fue en 1978, con las reformas económicas, que China empezó a crecer a lo bestia, pisándole los talones a los gringos hasta que finalmente los desbancaron y ahora son las meras chuchas cuereras.
De las empresas más importantes del mundo se destacan las de tecnología y telecomunicaciones, como TikTok y Huawei y Xiaomi; algunas con un crecimiento gigantesco, como Temu, que le hace la competencia a Amazon.
Por cierto, algunos de los videos que han salido a la luz pública donde se muestra la explotación de los trabajadores chinos son, precisamente, de almacenes de Temu. Los empleados no tienen descanso, hacen movimientos repetitivos durante horas y el sueldo no es de los mejores, porque el propósito de dicha compañía es abaratar costos para hacer llegar a todo el mundo productos con precios de hasta un 80% menos que en las tiendas normales.
No. China no es socialista, sino capitalista. Solo su gobierno es socialista, porque los medios de producción en su mayoría no están en manos del pueblo.
O si hay granjas y cooperativas, se ven apabullantemente opacados por los gigantes tecnológicos, petroleros y de tecnología que viven en un paraíso económico.
Se puede pensar que los chinos pueden acceder a todo ese tipo de beneficios, disfrutar de sus hermosas ciudades y gozar de las más apantallantes comunidades, pero la verdad es que millones de ellos viven hacinados en cuartuchos donde apenas se pueden mover.
Solo comen arroz y viven para seguir trabajando al día siguiente.
Así que, puede ser la economía más grande del mundo, pero a qué precio.
Lo que sí admiro de ese sistema social y político es su seguridad. Allá, si pescan a un delincuente, le meten un tiro entre ceja, oreja y cien sin preguntar nada más.
En México, lamentablemente, los abrazamos.
Mejor vámonos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Al sitio a donde os dirigís, haced lo que observares”. (A la tierra que fueres, haz lo que vieres).