“La situación en la región de Nuevo Laredo se puede considerar como crítica, porque sabemos que en Tamaulipas la mayor parte del territorio se vio beneficiada por los huracanes que ya pasaron y que ponen el semáforo en verde, pero también sabemos que en la zona norte las presas están bajas, pero el beneficio es que se han mantenido los niveles, pero esperamos que aumenten”, expresó.
Como ejemplo, dijo que la presa La Amistad se encuentra en un 19 por ciento de su capacidad total, mientras que la presa Falcón está al 10 por ciento, lo que indica que a pesar de las lluvias no han sido suficientes como para aumentar el caudal de ambos vasos lacustres.
Dijo que pese a las precipitaciones que han caído el nivel de La Amistad se ha mantenido casi igual aunque tiene un muy buen flujo de entradas de agua a través de los diferentes afluentes que descargan en el río Bravo aguas arriba.
Durante agosto el acumulado de agua ocasionado por las lluvias solo fue de 18 milímetros, y que ayer las precipitaciones fueron de un milímetro, aunque fijo que el nivel del río Bravo aumentó de manera importante, al subir del 2 al 3 de este mes que inicia, de 56 a 57 centímetros, “aumentó el nivel porque estaba un poco bajo, ya que estaba en 30 centímetros”, explicó el funcionario.
En cuanto al pronóstico de posibles precipitaciones en la región de los dos laredos, dijo el funcionario de Cila que se requiere de un huracán para poder aumentar de manera significativas los niveles de ambas presas internacionales.
Ante esta situación, dijo el funcionario que se estima que para el fin de este año será la naturaleza la que marcará la pauta a seguir, pero reconoció que los niveles de las presas tienen niveles históricos de agua muy bajos, y que por eso se espera que aumenten las precipitaciones pluviales en la región, ya que no hay trasvases de agua del río Bravo para la agricultura.