- Como parte de un cambio en la visión del Gobierno de México, la presidenta Claudia Sheinbaum, en las diversas reuniones del Grupo de los 20 en Brasil, dejó un buen sabor de boca, así como en los encuentros bilaterales con los líderes mundiales que sostuvo la mandataria mexicana. Y ante el pleno presentó una propuesta importante que, ojalá, y se llevara a la realidad.
Ayer lunes y hoy martes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo viajó a Río de Janeiro, en Brasil, para participar representando a México, en ese grupo de alto nivel.
El Grupo de los 20, también llamado G-20, es un foro internacional compuesto por las principales economías del mundo, tanto desarrolladas como emergentes, establecido en 1999 con el objetivo de promover la cooperación económica internacional y abordar temas clave relacionados con la economía global, como el crecimiento económico, el comercio internacional, las finanzas, el desarrollo sostenible y las políticas macroeconómicas.
El G-20 está compuesto por 19 países y la Unión Europea. Los países miembros son: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea, y la Unión es representada a la reunión por el presidente del Consejo Europeo y el presidente del Banco Central Europeo.
Las economías del G-20 representan una proporción significativa de la economía global. Y en conjunto, los países miembros del G-20 suman aproximadamente el 85% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y alrededor del 75% del comercio internacional.
Asimismo, según los datos más recientes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el PIB combinado de los países del G-20, en términos nominales, supera los 90 billones de dólares estadounidenses, lo que hace del G-20 un grupo económico dominante a nivel global.
Y fue precisamente, en la Cumbre de Líderes del G20, hasta donde la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, reafirmó la propuesta de perspectiva del Gobierno de México para reformar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el objetivo de implementar una visión más democrática del mundo que otorgue mayor legitimidad a las decisiones de este órgano principal de la ONU, resaltando que el G20 tiene la capacidad de contribuir para avanzar hacia una reforma de la gobernanza global más representativa, inclusiva y transparente, eficiente, democrática, eficaz y responsable.
La mandataria mexicana habló de las reformas estructurales impulsadas por su gobierno, asegurando que el pueblo de México decidió llevar la inclusión, la igualdad y la justicia a través de tres reformas constitucionales: la primera, la elección por voto popular de jueces, juezas, ministros, ministras, magistrados y magistradas del Poder Judicial, que se llevará a cabo el próximo año; la segunda, el reconocimiento de la igualdad sustantiva de las mujeres y el derecho a que vivan una vida libre de violencia, desapareciendo la brecha salarial e implementando la paridad en todos los ámbitos de la vida política; y la tercera, el reconocimiento pleno de los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho.
Por ello, destacó que no todo es mercancía, que los pueblos tienen el derecho a la paz, a la alimentación saludable, a la educación, a la salud, que solo pueden garantizarse a través de la responsabilidad del Estado.
Hablando de paz, la presidenta mexicana, desde la Cumbre del G-20, propuso sembrar paz y vida, en lugar de guerras, al proponer que las neciones destinen el uno por ciento del gasto militar para poner en marcha el programa de reforestación más grande de la historia.
“La propuesta es establecer un fondo para destinar el 1% del gasto militar de nuestros países para llevar a cabo el programa de reforestación más grande de la historia, lo que significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año (12 veces lo que ya destina México) para apoyar a 6 millones de sembradores de árboles que reforestarían 15 millones de hectáreas, algo así como cuatro veces la superficie de Dinamarca, toda la de Guatemala, Belice y el Salvador juntos, o 30% la de Suecia.
“Con ello -dijo Sheinbaum- ayudaríamos a mitigar el calentamiento global y restauraríamos el tejido social, ayudando a las comunidades a salir de la pobreza. La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida”, destacó en su participación durante la Primera Sesión de Trabajo de este importante grupo mundial.
También, Sheinbaum Pardo sostuvo reuniones bilaterales clave con líderes de Estados Unidos, Joe Biden; Justin Trudeau de Canadá; Xi Jinping de China; Gustavo Petro de Colombia; Emmanuel Macron de Francia; y Pham Minh Chinh de Vietnam. La presidenta mexicana aprovechó al máxmo las pocas horas que estuvo en suelo brasileño.
Por cierto, y a manera de sugerencia, sería muy importante que por seguridad y por comodidad, la presidenta de México pensara la posibilidad de adquirir un avión para sus viajes, dentro y fuera del país, porque no es lo mismo hacerlo en aeronaves comerciales que en aviones privados. Y en el análisis de debe pensar en los tiempos de la presidenta, su seguridad y su comodidad, y no se trata de viajar en aeronaves enormes y costosas, sino en aeronaves eficientes que ofrezcan el servicio que la presidenta requiera. Y el tema del avión no es asunto de imagen sino de practicidad. Se tenía que decir y se dijo.
- 1.Por cierto, y derivado de la presencia de la presidenta mexicana en la cumbre del G20, en Río de Janeiro, hay versiones que hablan de un rompimiento entre la presidenta Sheinbaum y su antecesor. Y a mi me parece que no hay tal, sino que simple y sencillamente, son dos modelos diferentes de gobernar. Mientras al presidente López Obrador por, sus razones tendría, no le gustaba hacer viajes al extranjero, considero que la presidenta Sheinbaum tiene otra visión del mundo globalizado en el que vivimos y entiende de la importancia de interactuar con los líderes de los principales países del mundo y con los cuales México tiene relaciones, ya sean comerciales o sean políticas. Y el avión privado, en el caso de la presidenta, no es un lujo sino una necesidad. En el caso del helicóptero de Ricardo Monreal ya es otra historia.
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