Thursday, January 9, 2025

Al Vuelo-Bodas

Por Pegaso

Hablemos de bodas. La más famosa es la de Canaán o Caná. Se trata de un relato bíblico que tiene lugar al final de la primera semana del ministerio de Jesucristo, según el Evangelio de Juan.

Describe el primer milagro realizado por Jesús, el cual tuvo como marco una boda en Caná, en Galilea, a la cual también asistían su madre María y sus discípulos.

En esa ocasión, cuando el anfitrión notó que ya no había vino para ofrecer a los invitados, Jesús le dijo que llenaran seis tinajas con agua, y éste la transformó en vino.

Un desposorio que provocó tragedias sin fin fue el de Helena con el rey de Esparta, Menelao.

Todo empezó con un concurso que hicieron las diosas Hera, Afrodita y Atenea, teniendo como juez a Paris, el hijo del rey troyano Príamo. Le dieron una manzana de oro para que la entregara a la diosa más hermosa. Y como se la dio a Afrodita, la diosa del Amor, que le prometió a la mujer más bella de los mortales, Helena, las demás se encaboronaron y maquinaron para que los griegos declararan la guerra a Troya.

Mientras tanto, los más fuertes guerreros de Grecia se disputaban quién se casaría con Helena. La suerte favoreció a Menelao, Rey de Esparta. Se casaron y tuvieron cuatro hijos: Hermione, Plístenes, Etiolo y Morrafio.

Cuando Paris llegó a Esparta en misión comercial, se enamoró de Helena. Y como Afrodita se la había prometido, la ayudó a raptarla, sin importar que estuviera casada y con cuatro bendiciones.

Ese fue el origen de la Guerra de Troya donde participaron los más grandes guerreros: Aquiles, el de los pies ligeros, Héctor, domador de caballos, Ulises, asolador de ciudades, el rey de reyes Agamenón y Diomedes Tidida.

Otra boda famosa es la de Lady Di y el Príncipe Carlos, de Inglaterra.

Fue el 29 de julio de 1981, cuando todo el mundo estaba pendiente en la televisión para presenciar en vivo y a todo color el matrimonio entre Diana Spencer y Carlos de Gales. Años después, el giro que tuvo esta relación fue algo inesperado: El tipo la engañó con una mujer más fea que La Gilbertona mientras ella andaba con un cuate llamado Dodi Al-Fayed y al final, perdió la vida en un túnel de París, cuando el auto en que viajaban perdió el control al ser perseguido por paparazzis.

Pero si hablamos de bodas a nivel local, hay que mencionar que año con año, allá por el mes de septiembre, el Municipio organiza un matrimonio colectivo, donde las parejitas tienen la oportunidad de enlazarse por lo civil en un gran huateque que incluye música, pastel y fara fara, todo pagado con nuestros impuestos.

El representante del Registro Civil toma el micrófono y empieza a recitar la Epístola de Melchor Ocampo, agregando algunos consejos para las nuevas parejas.

Finalmente, pide a los novios que coloquen el anillo en el dedo de su grácil desposada y sellar con un picorete de sacacorchos su compromiso matrimonial antes de gozar de las delicias de Himeneo.

Hay de bodas a bodas. Recientemente se dio a conocer en las redes sociales que una mujer se había casado con su perro, pero lo más extraño para mí ha sido aquel caso de un sujeto que decidió casarse consigo mismo porque pensó que nadie en el mundo lo merecía.

En fin. Nos faltó analizar muchas otras bodas famosas como la de Ben Afllek y Jenifer López, la de Madonna y Sean Penn, la de Bibi Gaytán y Eduardo Capetillo, la más reciente del príncipe Enrique y Megan Markle y muchas otras uniones civiles y religiosas que nos dejaron un buen sabor de boca.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Connubio y sudario, del firmamento descienden”. (Matrimonio y mortaja, del cielo bajan).

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