Por Pegaso
Ni “El Rascatripas”, “Ni el Cuajináis”, ni “El Rascabuches”; tampoco “Rosa la Rumorosa” o “El Matoncísimo Kid”.
La verdadera villana del universo de Chespirito se llama Florinda Meza.
Tal tesis se sostiene no solo porque su personaje principal, “Doña Florinda” era la que le atizaba sus cachetadas a “Ron Damón” sin motivo alguno.
Alguien podría decirme que lo hacía para defender a su retoño, el cachetón “Kiko”, pero jamás daba oportunidad a una explicación.
Colérica como era, llegaba y arremetía contra quien creía que era el culpable.
Y aunque generalmente era “El Chavo” el que iniciaba toda la situación que terminaba con la cachetada, la culpa siempre recaía en el esmirriado, pobretón y vaquetón inquilino.
Por cierto, este siempre debía 14 meses de renta. No sé si todas las historias que nos presentó Chespirito de la serie “El Chavo del Ocho” transcurrieron en un solo mes, pero nunca se supo que debiera más o menos que esa cantidad.
Pues resulta que en la vida real, el exitoso programa de la vecindad y el resto de los sketchs, episodios y películas, como “Los Caquitos”, “El Dr. Chapatín”, “El Chapulín Colorado” y “El Chanfle” terminaron de golpe y porrazo por las envidias, pleitos y ego de los protagonistas.
Algunos se creyeron estrellas rutilantes, superando incluso al propio Roberto Gómez Bolaños.
“Kiko”, por ejemplo, era quien hacía el programa de la vecindad.
“El Chavo” no tenía ninguna gracia.
Carlos Villagrán, intérprete del niño cachetón, junto con Ramón Valdéz, “Don Ramón”, eran el núcleo del programa. Cuando no salían ellos, la emisión perdía su encanto.
Ni “Doña Florinda”, ni “El Profe Longaniza”, ni “Ñoño”, ni “El Señor Barriga”, ni “La Bruja del 71”, ni “La Chilindrina” tenían el encanto de esos dos.
Cuando un programa de Venezuela ofreció a “Kiko” una cantidad muy superior a la que este ganaba con Chespirito, no dudó un segundo y aceptó, pero Chespirito no dejó que utilizara el nombre que él había creado, y con justa razón.
Así que Carlos Villagrán empezó a actuar con el mismo personaje, aunque con un nombre parecido, porque a final de cuentas, él era quien le daba vida y tenía el derecho de seguirlo haciendo.
De ahí empezó la debacle, y pronto el programa de “El Chavo” prosiguió sin “Kiko” y “Ron Damón”, bajando drásticamente su rating.
Pero vayamos al título de esta columna. ¿Por qué digo que la verdadera villana de ese universo es Florinda Meza?
En primer lugar, cuando iniciaba el programa, fue pareja sentimental de Carlos Villagrán. Años después, por algún motivo, empezó a acercarse a Chespirito -aunque este aún estaba casado- hasta que logró que se divorciara y se casara con ella.
A la fecha, es dueña de parte de los derechos de autor de Roberto Gómez Bolaños, pero uno de sus hijos quiso hacer una serie llamada “Chespirito: Sin querer queriendo” y ella fue la primera en oponerse, porque dice que no quiere que se utilice su nombre e imagen
A pesar de su oposición, ya se está promocionando la serie y pronto podremos ver de nuevo a los icónicos personajes de la vecindad, encarnados en otros actores, narrada desde el punto de vista del prolífico escritor y comediante que sin duda alguna, fue Gómez Bolaños.
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso, cortesía de “El Chapulín Colorado”: “Obtienen beneficio de mi generosidad“(Se aprovechan de mi nobleza).