Por Pegaso
¡Feliz Apocalipsis a todos mis lectores!
Ya que oficialmente el Fin del Mundo comenzó, y que la gente suele felicitarse por todo, quiero ser el primero en desearles que la pasen de lo mejor para este Apocalipsis.
No tuvimos Papa negro, pero ni falta que hace. Ya en la frontera entre La India y Pakistán se agarraron a madrazos. Ambos países son potencias nucleares, así que solo hace falta que uno de los dos presidentes esté deschavetado y apriete el botón que lance el primer misil con ojiva atómica.
Quiero mencionar que en la historia de la ficción hay diversos tipos de apocalipsis, siendo los principales:
-Apocalipsis zombie: Una orda de muertos vivientes se desparraman por toda la tierra, contagiando a la mayoría de la población mundial. Solo quedan unos cuantos humanos que buscan refugio en paraísos geográficos o en alta mar.
-Apocalipsis alien: Casi lo mismo, pero en lugar de zombies, seres extraterrestres agresivos llegan a La Tierra en busca de minerales o suministros. Los habitantes del planeta, o sea, nosotros, les estorbamos, por lo cual se hace necesario un exterminio masivo.
-Apocalipsis tecnológico: Las máquinas, esos cachivaches que nos sirven para todo, se rebelan contra la Humanidad cuando son interconectados y adquieren conciencia de sí mismos. El desarrollo de la Inteligencia Artificial es el primer paso. El segundo, es acabar con todas las personas porque representan un peligro para el planeta.
-Apocalipsis biológico: Un virus, bacteria u hongo super contagioso es liberado accidentalmente. Ya que se transmite mediante el aire, pronto la totalidad de los seres humanos en el planeta lo contraemos y termina por extinguirnos.
-Apocalipsis climático: El clima de la tierra enloquece, ya sea por una mayor actividad de su manto o por la intensificación de la radiación solar. Puede que el fenómeno produzca una nueva Edad de Hielo o de lo contrario, una oleada de intenso calor que termine por dejarnos más quemados que los cantantes de narcocorridos.
-Apocalipsis estelar: Un meteorito del tamaño de un estadio de futbol choca contra el planeta. El impacto es millones de veces más potente que la bomba de Hiroshima y se convierte en un Evento Ligado a la Extinción.
-Apocalipsis nuclear: Se desata una guerra nuclear entre potencias. Contaminan todo el mundo con sus bombas radioactivas y los sobrevivientes mueren por efectos de la radiación.
-Apocalipsis bíblico: Un libro llamado La Biblia anticipa el fin de los tiempos, con una deidad que ya tiene todo escrito sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo.
Oraculeros como Mhony Vidente dicen que ya comenzó el Apocalipsis de la Biblia, así que muchos incautos le van a creer.
Prepárense para conocer el Anticristo, la Gran Prostituta, la Bestia de Siete Cabezas y toda esa parafernalia que escribió el apóstol San Juan hace más de dos mil años.
Lo que más me asombra no es la credulidad, sino que medios de comunicación serios como ADN 40 cabeceen sus notas de la siguiente manera: “Las profecías del Apocalipsis de San Juan ligadas al Papa León XIV. La llegada del Papa León XIV destapó una serie de profecías apocalípticas de San Juan ligadas a este pontífice; conoce cuáles son y qué tan peligrosas son”, como si fuera un hecho confirmado.
El citado medio de comunicación asegura que por el período de tiempo en que se eligió a este Papa, deberá tener cuidado de los signos y los símbolos, los cuales, en caso de descuidarlos y no prestar atención, “podrían desencadenar el Apocalipsis, esto sin que se nombrara algún evento concreto para este 2025”.
Agrega que los 7 sellos bíblicos se pueden interpretar como guerras, virus, enfermedades, cambio climático y demás.
“En general, las profecías del Apocalipsis de San Juan no hace referencia directa al Papa León XIV ni al Papa Francisco, sin embargo, por la temporada en la que nos encontramos y por lo que se vive en la actualidad, estas teorías cobran más fuerza a nivel internacional y general”-asegura.
¡Qué! Entonces, ¿sí o no? Yo ya no le entendí al artículo.
El refrán estilo Pegaso dice lo siguiente: “¡Hagan acto de contrición, trasgresores!” (¡Arrepiéntanse, pecadores!)