Wednesday, May 21, 2025

Al Vuelo-Matute

Por Pegaso
Jamás había oído hablar de ellos, hasta hace poco que me llegó una invitación para acudir a una rueda de prensa.
El grupo Matute (no banda, porque comparte la misma etimología de “bandido” y “bandolero”) dará un concierto el próximo 24 de mayo en algo que han denominado “Disco Stéreo”.
Los temas que tocan, actualizados, por supuesto, son los que cantaban en México los artistas de los 70, 80 y 90: José José, Napoleón, Emmanuel, Roberto Carlos, Raphael, Lupita D’Alessio, Maoella Torres, Dulce, Daniela Romo, Flans, Pandora y muchos otros de aquella época.
Yo quiero felicitar a esa agrupación musical y a la persona que tuvo la idea de rescatar el romanticismo, en medio de todo este caos de cacofonías y estridencias, de canciones monotemáticas y monotónicas, donde dicen lo mismo y todos cantan igual, donde solo saben expresarse en dos sentidos: Glorificar la violencia y a los delincuentes, y retratar a la mujer como un objeto sexual.
La buena música es atemporal. No digo que no haya buenos temas en la actualidad, pero en su gran mayoría son narcocorridos o la espantosa música sinaloense.
Recién el sábado se realizó el concierto de Julión Álvarez, al cual, por supuesto no fui, pero me dio mucho gusto que no haya cantado narcocorridos ni hecho apología de la narcocultura.
Me dicen que se aventó puras romanticonas, y bien por él, pero para mí, para mí, que el romanticismo está reñido con el tipo de música de tamboras, tubas y chirimías que se usa en el estilo sinaloense, conocido eufemísticamente como “regional mexicano”.
La música romántica debe acompañarse con acordes suaves, como el violín, la guitarra y el piano, porque es como acariciar a tu prenda amada.
Por el contrario, las agrupaciones musicales actuales y los solistas que intentan cantar al amor, se acompañan de horribles chillidos que en lugar de evocar una situación romántica, hacen que quieras apretarle el pescuezo a tu media naranja.
Matute -le pusieron ese nombre en honor del policía que persigue a Don Gato y su Pandilla en la popular serie de dibujos animados de los ochentas- vendrá a cantar canciones del recuerdo, o como los chavos de hoy les llaman, música retro o vintage.
Los mismos integrantes son gente joven, y esto es aún más meritorio, porque significa que parte de esas nuevas generaciones se resisten a las tendencias actuales.
Se trata de una grupo (aunque la Wikipedia diga que es una banda) de pop y rock alternativo, que se destaca por interpretar covers de los artistas más emblemáticos de los 80, tanto en inglés como en español.
Se formó en el 2007 bajo la dirección de Jorge D’Alessio. Sí, el hijo de la famosa baladista Lupita D’Alessio.
A la fecha, realizan esporádicas giras por diferentes partes de Estados Unidos y México con relativo éxito.
No creo que logren competir con el llamado “rey de la taquilla”, Julión Álvarez ni otros que berrean igual, pero sí me di cuenta que causaron mucho interés entre los representantes de medios de comunicación que asistimos a la rueda de prensa de hoy, aunque en su mayoría fueron locutores de radio y uno que otro reportero de nota local, como Pegaso.
Tampoco creo que vayan a ir chamacos de treinta para abajo. Esta música es más bien para gente que vivió en aquella hermosa época de los 70 a los 90, cantando canciones como: “El amor de mi vida has sido tú, mi mundo era ciego hasta encontrar tu luz; hice míos tus gestos, tu risa y tu voz, tus palabras, tu vida y tu corazón”, de Camilo Sesto, o: “Porque faltan palabras para decirte, porque sobran razones para explicarte; porque cuento los días de aquí hasta mayo, porque pasa la vida y te sigo amando”, de José María Napoleón.
Compárenlas con el siguiente bodrio de Natanael Cano: “Que les molesta el brillo que yo cargo, me vale verga, yo sigo brillando, jalando el Mustang bien acelerado, no se preocupen, que ando trabajando”.
¿Ven? No soy yo. Son los nuevos tiempos y los nuevos gustos.
¡Qué bueno que todavía hay personas y grupos musicales que nos traen los viejos, pero intemporales temas del ayer!
Viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de Eros Ramazotti: “La añoranza me aprisionará con tal intriga acidulada para el músculo cardíaco”.  (La nostalgia me atrapará con esa trampa agridulce para el corazón).
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