Por Pegaso
Tras el escandalazo de los dos policías -un hombre y una mujer- captados en video gozando de las delicias de Himeneo, la condena, la satanización, la diatriba y las opiniones hirientes no se dejaron esperar. No importa el marido de la fémina, ni su niña pequeña, que crecerá sufriendo el bullying de sus compañeritos de escuela cuando le recuerden ese episodio. Lo que importa es linchar, y en las redes sociales nos convertimos en implacables jueces, viendo la paja en el ojo ajeno y obviando la viga en el propio. Dicen que dijo una vez mi tocayo Chucho, cuando una prostituta acudió ante él, y un montón de judíos ya traían pesadas rocas en las manos dispuestos a lapidarla: “A ver, cabrones, quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra”. Y ninguno la aventó. Pero, ¿qué tal si hubiera habido redes sociales en aquellos tiempos? ¡Se la hubieran tragado viva! Circula una supuesta carta del policía que estaba haciendo la