Friday, September 26, 2025

AL VUELO-Torta

Por Pegaso
Se ha vuelto muy popular en redes sociales un meme donde aparece una chica curvi enfundada en ajustadísimo atuendo y una leyenda que dice: “Hoy es el día internacional de comer torta”.
Realmente no alcanzo a entender. ¿Qué tiene que ver una torta con la foto de una mujer?
Para mí una torta es una hogaza de pan rellena de algún alimento sólido.
La frase me remite al programa El Chavo del 8, donde la torta de jamón es el sueño de aquel niño escuálido y hambriento. La torta de jamón es algo inalcanzable y cuando logra tenerla entre sus manos, llega Kiko y se la arrebata. Sin duda, un simbolismo oculto que nos dejó Chespirito para la posteridad.
Hablando de El Chavo, ese popular programa de televisión que todavía hoy se transmite, hay muchas cosas que no se ven, pero que están escritas en uno de los libros que escribió Roberto Gómez Bolaños sobre el origen del personaje.
En esa historia, El Chavo, cuyo nombre real es Rodolfo Pietro Filiberto Raffaello Guglielmi (nombre y apellidos italianos), es hijo de una madre alcohólica. En la guardería, su madre llega por él todos los días. El encargado le pregunta cuál es su hijo y ella dice: “Cualquiera”. Y se lleva a uno diferente, mientras el verdadero se queda mirando cómo su mamá se retira.
Al morir su progenitora, es enviado a un orfanato, donde le dan malos tratos. Ahí conoce a Chente, otro chico desarrapado que enferma y perece por falta de cuidados. El Chavo logra escapar del orfanato y llega a la vecindad, donde una ancianita lo acoge y lo lleva a vivir con ella al departamento 8. De ahí el nombre que posteriormente le darán el resto de los inquilinos.
Al poco tiempo muere la anciana y el Chavo se queda nuevamente desamparado, viviendo en el departamento que le dejó su benefactora. Cuando tiene ganas de llorar o el hambre lo corroe, va y se mete al barril a llorar.
Esa es la historia canónica, aunque desconocida de El Chavo y su obsesión por las tortas.
A mí se me antoja ahorita una torta cubana. Se trata de una gigantesca pieza de pan tipo bolillo o telera a la cual se le embarran frijolitos negros, un buen trozo de milanesa, jamón, queso de puerco, tocino, tomate, cebolla, aguacate y cuanta cosa se le ocurra el tortero. Para finalizar, una salsa verde con chicharrón de puerco que pica como el diablo.
¿Día Internacional de comer torta? ¡Que alguien me explique!-como decía un personaje de Eugenio Derbez.
Cuando veo el meme con esa leyenda repetida ad vomitum, con voluptuosas y sensuales chicas que no dejan nada a la imaginación, lo único en que puedo pensar es en la gran variedad de tortas que hay en el amplio repertorio culinario de México.
Porque existen las tortas de jamón, como la que ansiaba El Chavo, las de milanesa, las de ternera, las ahogadas, ¡las tortas cubanas!, las vegetarianas y las de huevo.
Se trata de un alimento completo que desde tiempos inmemoriales nuestras madres nos echaban en la mochila para comer en el recreo.
Era común que, al estar engullendo aquel opíparo manjar, se acercaba a nosotros la niña que más nos gustaba y le convidábamos la mitad de la torta, con lo cual, por supuesto, nos ganábamos su estómago y su cariño.
Pero aquellos tiempos de inocencia pasaron. Ahora debo esforzarme por comprender el sentido de esa frase que me da vueltas la cabeza: “Día Internacional de comer torta”.
Si al menos, en lugar de la chica pusieran la foto o el dibujo de un pan bolillo relleno de algo, la frase tendría más sentido.
Pero bueno, mejor nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Juanga: “Tu constitución es similar al alimento que engulles”. (Eres lo que comes).
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