Por Pegaso
El arrimón que le dieron a la Presidenta Claudia Shikitibum el día de ayer, mientras caminaba por el Centro Histórico de la Ciudad de México resultó ser una cortina de humo para quitar la atención sobre el tema candente del momento: El artero asesinato del Alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.
Las redes sociales se encargaron de desenmascarar el teatro: El militar que se acercó a la mandataria y le arrimó el camarón aparece en otras escenas que fueron también virales, como cuando quiso abrazar al expejidente ALMO o cuando se le hizo pasar por enfermo de COVID 19. Ahí están las fotos.
Ya me imagino que para preparar la farsa, alguien le dijo a este deschavetado sujeto: “Mira, te vas a acercar hasta donde está la Presidenta. Le llegas por la espalda, la abrazas y le das un picorete en la orejita para que sienta ñáñaras”.
Y así lo hizo. Cuando éste cumplía con su papel, los integrantes del equipo de seguridad andaban en babia, mientras la Jefa de la Nación se daba su baño de pueblo.
¿Qué hubiera pasado si en lugar de un tipo cachondo y besucón se hubiera acercado alguien con un arma de fuego?
Ya no hablemos de montajes, sino de hechos reales.
Tanto el ex pejidente, como la actual mandataria, son muy dados a tener interacción constante con el pueblo bueno y sabio, sin tener en cuenta que no se exponen ellos, sino a la figura presidencial.
Un magnicidio en este momento nos colocaría al borde de una gran revolución.
Si los elementos del Estado Mayor que cuidan de manera encubierta a la Presidenta estaban haciendo su trabajo bien, no hubiera pasado lo que pasó, a menos, claro, que fuera algo preparado.
Pero si no lo estaban haciendo, es necesario que se revise su actuación y se modifique la forma en que se exponen las figuras populistas a situaciones imprevistas.
Así como el sujeto de marras llegó hasta la espalda de la Presidenta, bien pudo llegar cualquier malvado neoliberal, fifí y aspiracionista que odia a la 4T y provocarle un daño físico.
No se trata de aparentar que se es popular, o que se desea el roce de la ciudadanía. Se trata de que el Presidente de la República, o en este caso, Presidenta, es la persona más importante del País, es el líder de la Nación y la figura central en la toma de decisiones que marcan el rumbo de más de 130 millones de mexicanos.
Entonces, no se puede exponer de esa manera, aunque le baje puntos porcentuales de aceptación.
No sé en México, pero en países como Estados Unidos hay un protocolo cuando falta un mandatario: El Vicepresidente toma la batuta, como nos muestra la película 2012 (2012, por su título original. Estrenada en 2009. Director: Roland Emmerich. Protagonistas: John Cusak, Chiwetel Ejiofor, Amanda Peet, Thandie Newton y Liam James), cuando un enorme tsunami arrasa con la Casa Blanca, al Presidente se lo carga el payaso y el Vicepresidente a bordo de la primera arca toma protesta como Presidente sustituto.
Conclusión: El arrimón a la Presidenta dio resultado. Todo mundo está hablando de eso y como que se han olvidado un poco del Movimiento del Sombrero, que busca la revocación de mandato como resultado directo del asesinato de Carlos Manzo.
Las cortinas de humo tienen la facultad de obnubilar la vista de la gente común y corriente, pero hay otros que le entienden a eso y son los que, en las redes sociales, están evidenciando lo burdo de la maniobra.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Igor, el de los Mascabrothers: “Le aproximó el crustáceo”. (Le a**imó el *amarón).