La presa La Boca, en el municipio de Santiago, Nuevo León, se encuentra a 17 por ciento de su capacidad, de acuerdo con información del sistema de monitoreo de la Comisión Nacional del Agua. Foto La Jornada
La sequía que afecta el norte y noroeste del país mantiene las represas en niveles mínimos. Lo mismo en Tamaulipas que en Coahuila y Nuevo León, la falta de agua causa estragos entre la población, los cultivos y el ganado, mientras las autoridades buscan paliar el estiaje.
Para abastecer a los 10 municipios más afectados de Tamaulipas, el Comité Técnico de Operación Hidráulica de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) decidió trasvasar durante marzo unos 100 millones de metros cúbicos de la presa binacional La Amistad, en Coahuila, a la Falcón, también construida sobre el río Bravo, pero en Nueva Ciudad Guerrero, informó el coordinador estatal de Protección Civil, Pedro Granados Ramírez.
Los embalses La Amistad y Falcón están a 30 y a 16 por ciento de su capacidad, respectivamente. La medida servirá para cubrir el suministro para uso urbano en los municipios de la franja fronteriza, donde 60 por ciento de la población ha resultado afectada.
Por el trasvase de 40 metros cúbicos de agua por segundo durante 30 días este mes, el río Bravo incrementará su nivel. Tiene una profundidad aproximada de 45 centímetros, pero con esta corriente llegará a 1.25 metros, lo que se verá reflejado con fuertes corrientes; los escurrimientos son visibles desde este jueves y viernes en Nuevo Laredo y Nueva Ciudad Guerrero. Protección Civil pidió a la población tomar precauciones
“Tendremos dos elementos por cada turno que estarán haciendo recorridos por la ribera a fin de mantener a pescadores y visitantes fuera del río y hacerles saber que la creciente puede ser peligrosa”. Se recomienda abstenerse de cualquier actividad dentro del río y mantener una distancia considerable para evitar accidentes, indicó Humberto Fernández Diez de Pinos, director de protección civil de Nuevo Laredo.
La situación se prevé difícil debido a que no se prevén lluvias suficientes para recuperar los niveles de las presas, advirtió.
El trasvase está a cargo de la Conagua y la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
Coahuila, en tanto, padece por segundo año consecutivo una fuerte sequía que comenzó a mermar el nivel de las presas Venustiano Carranza, en la zona carbonífera del municipio de Juárez; La Fragua, en Jiménez, y La Amistad, en Acuña, cuyos niveles se encuentran a 13.92, 28.65 y 33.4 por ciento, respectivamente, de acuerdo con el reporte del 3 de marzo de la Conagua.
La Secretaría de Desarrollo Rural estatal ha previsto un panorama adverso para la agricultura, por lo que piensan hacer válidos los seguros catastróficos tanto para el campo como para la ganadería. Este seguro estará activo hasta mayo ante cualquier contingencia por la sequía.
En Nuevo León, industrias que poseen concesiones de agua cederán líquido al gobierno estatal y apoyarán a la rehabilitación de pozos, informó Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje de Monterrey. “No se va a mencionar el nombre de ninguna de ellas”, dijo.
Barragán explicó: “Se ha hablado mucho del problema del área metropolitana, pero el más grave lo tenemos en el sur del estado, en los municipios de Doctor Arroyo y Mier. Estamos trabajando muy intensamente en llevar agua a varias comunidades. Ahora son pipas, pero estamos perforando pozos”.
Aunque uno de los planes de remediación es la presa Libertad, construida en los límites entre los municipios de Linares y Montemorelos, Barragán aclaró que el embalse no estará lleno hasta 2025. La presa Libertad debe estar terminada en 2023; “tan pronto tenga agua podremos extraer. A ver cómo nos trata la naturaleza”.
El miércoles, el funcionario aseguró que a la presa La Boca, en el municipio de Santiago, le quedan 13 días de vida, mientras a la de Cerro Prieto, en Linares, le restan 37.
Por separado, el gobernador Samuel García instó a la Federación a apoyar a la entidad ante la falta de agua. “No pueden taparse los ojos como si no pasara nada, porque esta ciudad (Monterrey) está creciendo desmedidamente”, explicó.
El problema de la escasez “ya tronó por una sencilla razón: crecimos el doble y estamos en el mismo acuífero, y como viene la cosa, en 2040 vamos a ser 9 millones de habitantes y no nos han hecho una sola adecuación hídrica a la región noroeste”.