Tengo que decirlo. El proceso interno para elegir congresistas estatales y nacionales de MORENA fue un cochinero, un auténtico marranero, con perdón de los marranos.
¿De qué presume el Pejidente, si ni siquiera dentro del partido que él fundó hay democracia?
¿Es que nadie le hace caso, o tal vez saben que es una gran simulación?
Lo dijo un día antes: Manden a volar a los mapaches y a los arribistas.
Pero parece que la raza no le hizo caso.
La gente se dejó acarrear, recibió despensas, les dieron alguna lanilla para que fueran a votar por los nombres que ya traían en el bolsillo.
Hubo por ahí algunos barruntos de violencia porque los que no tuvieron las canicas suficientes para hacer chanchullo quemaron urnas y hasta las arrebataron.
MORENA es un partido que ya perdió ALMO. Se lo arrebataron los priístas y panistas por Papá-Eco-Noviembre-Delta-Eco-Julieta-Oscar.
También hay que decir que fue muy Eco-Sierra-Tango-Uniforme-Papá-India-Delta-Oscar al creer que dejando solitos a los líderes y a su parentela, iban a seguir su cacareada doctrina de la Cuarta Transformación.
¡No’mbre! Si lo que más les gusta son los billetes.
Aquí, en Tamaulipas, se acusa a la Diputada Federal Olga Sosa y al también legislador Erasmo Robledo de ensuciar el proceso interno.
Pero para mí, todos los actores políticos son culpables desde el momento en que quisieron imponer a sus candidatos, o a ellos mismos, para estar en la lista de congresistas que tendrán a su cargo la designación de la próxima Presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de ese partido.
¡Vaya! ¡Hasta el Gobernador Cabeza de Vaca tuvo oportunidad de meter uno que otro cachirul!
La porquería del proceso interno que se vio este sábado fue tan descarada, que los fraudes y cochinadas que en su momento hacían el PRI y el PAN ahora parecen juegos de niños.
La bola de Oscar-Julieta-Eco-Tango-Eco-Sierra se saldrán con la suya porque la gente que recibe los beneficios de los programas federales está tan agradecida con el cabecita de algodón, que harán lo que quiera que les digan a nombre de él.
Si en un momento dado llega un Cuervo de la Nación a una humilde vivienda, donde un viejito está recibiendo su chequezón de 6 mil pesos y le dice: “Tírate de cabeza al barranco porque lo dice el Pejidente ALMO”, el anciano no lo pensará dos veces y hará lo que se le diga.
Por ese grado de Papá-Eco-Noviembre-Delta-Eco-Julieta-Eco Zulú y el lavado de coco que les han sabido hacer, el voto está asegurado para quien diga el Pejeché.
Mis dos o tres lectores se habrán dado cuenta que he usado el Alfabeto Militar de las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América para decir palabras que de otra manera sonarían como ofensivas en una columna tan culterana y pulcra como esta.
Por lo anterior, los dejo con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “En la nación de invidentes, el individuo que tiene visión en un solo globo ocular es el monarca”. (En el país de ciegos, el tuerto es el rey).