Cd. Victoria, Tamaulipas.-Investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que el fenómeno de “La Niña” es el causante de que no llueva en Tamaulipas.
Cristián Domínguez Sarmiento, Investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático indicó que la sequía que afecta a los estados del norte de México es causada, principalmente, por “La Niña”.
Refiere además que este fenómeno climatológico se ha extendido usualmente por tres años consecutivos desde el 2020 y se mantendrá hasta finales del 2022.
“Climatológicamente es algo muy raro; teníamos más de 20 años sin que se prolongara tanto ese fenómeno. Esto impacta en la disponibilidad de agua en el norte y cambia los patrones de viento y lluvias a nivel mundial”, dijo.
Señala que las anomalías frías de las temperaturas superficiales del Océano Pacífico tropical ocasiona que durante el verano llueva mucho en el centro-sur del país, principalmente en los estados del Golfo de México, y que en el invierno no haya precipitaciones, de manera especial, en el norte, describió así como las características de “La Niña”.
Detalló que el Servicio Meteorológico Nacional reporta que 77.68 por ciento de la nación tiene alguna condición de sequía, y 32.42 por ciento se encuentra en sequía severa, aunque este último porcentaje es menor al registrado en 2021, cuando 54.8 por ciento del territorio nacional estaba en esa condición.
“Aunque el porcentaje del territorio bajo estas condiciones de sequía severa es menor, el problema está muy focalizado en los estados del norte. Ha existido mayor entrada de radiación directa, en comparación con el promedio de 1981 a 2010 en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, parte de Chihuahua, Sinaloa, un poco de Sonora, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas”, abundó.
De acuerdo con los escenarios a futuro sobre el cambio climático, Domínguez Sarmiento estimó que las regiones del norte sufrirán sequías más frecuentes y extremas. Por ello, es importante que los tomadores de decisiones utilicen los pronósticos climáticos, que permiten –con tres meses de antelación– saber cómo vendrá la temporada de lluvias, así como conocer cuándo habrá menos lluvias que el promedio histórico y determinar medidas preventivas.