Existen formas tan sencillas y cotidianas por medio de las que puedes infectarte de Hepatitis C que no lo creerás. ¡Ojo! Aquí algunas de ellas y recomendaciones para evitar sustos y contagios.
Actualmente, los avances de la ciencia han logrado que los seres humanos prevengamos y nos curemos de casi cualquier enfermedad; sin embargo, existen algunas enfermedades como la Hepatitis C que aún no tienen vacuna y, aunque si es tratable y puede curarse, si no la detectamos a tiempo puede llevarnos a requerir un trasplante de hígado o a la muerte.
Sin saberlo podríamos estar infectados con el Virus del Hepatitis C (VHP), por eso importante informarnos sobre el tema. Es importante apuntar que existen cinco cepas principales del virus de la hepatitis (A, B, C, D y E) y, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo en el continente americano se producen al año alrededor de 67 mil contagios de Hepatitis C y aproximadamente 84 mil defunciones por su causa.
Lo primero que debes saber es qué es la hepatitis; pues se trata de una enfermedad hepática, y por su terminología se define como una inflamación del hígado. Los tipos o cepas de la hepatitis tienen diferencias entre sí que radican en aspectos como sus formas de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En esta ocasión nos centramos en el Virus de Hepatitis C (VHC), que se transmite a través del contacto con sangre o fluidos infectados. Es decir, por relaciones sexuales o hasta drogas inyectadas. Sin embargo, más adelante se explicarán brevemente los otros tipos de la enfermedad.