Friday, November 22, 2024

Al Vuelo-Alianzas

Por Pegaso

Ahora que parece inminente el estallido de un tercer conflicto bélico de grandes proporciones, es necesario recordar aquellas clases de historia que nos daba en la secundaria mi apreciado y recordado maestro Alejandro Castrejón Brito, a quien hace unos dos meses entrevisté sobre las expectativas del nuevo gobierno que encabeza Claudia Shikitibum.

Era muy apasionado. Narraba las peripecias del general Montgomery, de los aliados contra el llamado “Zorro del Desierto”, el general alemán Rommel, en la campaña de Túnez, en la Segunda Guerra Mundial.

No soportaba que alguien se distrajera en su clase, así que a aquel muchacho que estaba volteando para otro lado, agarraba un pedazo de gis y se lo aventaba a la cabeza, con una puntería endiablada.

Así, pues, nos decía que la Primera Guerra Mundial inició el 28 de julio de 1914 y terminó el 11 de noviembre de 1918.

Se vieron involucradas las principales potencias de aquel entonces. Por un lado, la Triple Alianza, encabezada por el Imperio Alemán, el imperio Austro-Húngaro e Italia. Por el lado contrario, la Triple Entente, compuesta por el Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso.

Fue precisamente el imperialismo de esas naciones lo que provocó fricciones entre ellas, pero el pretexto que detonó la guerra (Casus belli) fue un incidente que se produjo el 28 de junio de 1914, en Sarajevo, con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, a manos de un joven nacionalista serbio.

Después de varias batallas y muchos muertos en el frente de batalla, los Aliados hicieron retroceder a Alemania y el 11 de noviembre de 2018, el gobierno de ese país solicitó el armisticio, poniendo fin al conflicto bélico.

Tras varios meses de negociaciones, se decretó un tratado de paz en París y se firmó el Tratado de Versalles con Alemania, de lo cual surgió una nueva configuración geopolítica y ese país resultó dividido.

Se calcula que murieron entre 15 y 30 millones de personas, de los cuales, entre 9 y 11 fueron militares y entre 6 y 13 millones, civiles.

Vámonos con la Segunda Guerra Mundial. Se desarrolló entre 1939 y 1945. Como en la primera, se formaron dos alianzas principales: Por un lado, los países Aliados (Reino Unido, Estados Unidos y Unión Soviética) y por el otro lado, las Potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).

El Casus belli (pretexto para iniciar el conflicto) fue la invasión Alemania a Polonia y las hostilidades entre China y Japón).

Las consecuencias: El colapso de la Alemania Nazi, la caída de los imperios japonés e italiano, el uso por primera vez en la historia de armas nucleares (Hiroshima y Nagasaki, Japón), la creación de las Naciones Unidas y el surgimiento como grandes potencias mundiales de Estados Unidos y la Unión Soviética (hoy Rusia).

Se estima que en esa guerra murieron entre 40 y 100 millones de personas, entre soldados y población civil.

Y así, el profe Brito narraba lo acontecido en aquellas lejanas fechas como si hubiera estado ahí, en el desembarco de Normandía o en las campañas bélicas de África.

En estos momentos estamos viendo muy de cerca la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, cosa que nadie quiere, pero que parece que algunos se empeñan en hacer que ocurra, empezando con la configuración de alianzas (por un lado, la OTAN, con Estados Unidos, Inglaterra y Francia a la cabeza) por otro, la Alianza Asiática (con Rusia, China y Corea del Norte).

Hay una nueva Teoría de Conspiración que dice que todo se trata de un proyecto de dominación mundial por parte de las élites políticas y económicas llamado Proyecto Blue Beam.

Fíjense: El Presidente Gringo, Joe Biden detonará la Tercera Guerra Mundial. En el cielo empezarán a aparecer figuras celestiales o naves extraterrestres, generadas por tecnología de imágenes holográficas para hacer que el mundo se ponga de rodillas y clame por ayuda.

Entonces, surgirá un güey que será el que nos brindará paz y concordia a todos en el mundo. ¿Y saben quién es ese güey? ¡Claro! El recién electo Presidente de los Estados Unidos, mejor conocido como El Trompas. Hasta lo ha dicho ya en público y a todo color, que él es la solución para evitar la guerra.

Cumplido lo anterior, se erigirá como el gobernante supremo y se instaurará un Nuevo Orden Mundial, con sistemas de vigilancia global muy al estilo del Gran Hermano (Big Brother, en inglés).

Yo no soy muy afecto a creer en teorías conspiranoicas, pero siento que solo un milagro podrá salvarnos de caer en un nuevo conflicto mundial, o ya de perdis que hagan su chamba Ethan Hunt, James Bond, Toretto o ya de perdida, Austin Powers y salven al mundo de esta amenaza casi inminente.

Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “¡Es deseable que la pequeña deidad nos sujete predispuestos!” (¡Que diosito nos agarre confesados!)

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