Andaba yo volando allá, por la avenida Vista Hermosa, donde está el gallo erigido en memoria del tristemente célebre Valentín Elizalde. vi un ramo de flores recién colocado y me imaginé que era el aniversario de su infausta muerte, pero ya después, consultando a mi amigo Google, leí que su asesinato ocurrió el 25 de noviembre del 2006 y que gracias a ese suceso ahora los reynosenses no tenemos una feria como las de antes.
Tampoco era su cumpleaños, porque nació el 1 de febrero de 1979 en Navojoa, Sinaloa.
Sea como sea, lo cierto es que Valentín Elizalde dejó un muy discutible legado y un enoooorme mercado para sus sucesores, los músicos cuya característica común es que berrean en lugar de cantar.
Hasta antes del surgimiento de Elizalde y todas las lacras que le siguieron, yo estaba seguro que lo peor que había en el mundo era el reggetón.
¡Cuán equivocado estaba!
El mercado de los berridos es actualmente uno de los más rentables. Hasta recibió el nada honroso privilegio de que la Directora del programa basura Veneneando, Paty Chamoy, acuñara la frase “música regional mexicana” para darle cierta categoría.
Por eso me da mucho gusto que jóvenes, en los distintos canales de Youtube estén redescubriendo a artistas que sí sabían cantar, como Pedro Infante, Javier Solís, Jorge Negrete, Antonio Aguilar, Vicente Fernández, Miguel Aceves Mejía y José José.
Por ejemplo, cada vez veo más videos con reacciones de españoles, brasileños, ¡rusos!, venezolanos y mexicanos, a las canciones de mi ídolo, Javier Solís, quizá el mejor cantante de música vernácula que ha dado el mundo. Y fue orgullosamente mexicano.
Solís, cuyo nombre real era Gabriel Siria Levario, murió muy joven: A los 34 años. Sin embargo, su legado es inmenso, y esto los jóvenes de hoy lo están valorando cada vez más.
Hace unos días me fui a cortar el pelo a una estética del centro de Reynosa. Me atendió un jovenazo con aspecto afrocaribeño, con los pelos parados de color verde fluorescente y ojos de zombie.
Me dijo que es rapero, nacido en Venezuela y que está tratando de sobresalir en su arte, sin embargo, me comentó que busca la influencia de músicos que en verdad sí cantaban, no como los actuales, que más que berridos parecen chillidos y pujidos mal entonados.
Le mostré un video de Javier Solís, porque me dijo que escuchaba muy seguido a Vicente Fernández.
-Mira-le contesté- Vicente Fernández no le llega ni a los callos a este cantante. Espero que lo escuches de aquí en adelante y sepas apreciar su música.
Y sí. Efectivamente. Le gustó la melodiosa voz del intérprete, que en su tiempo fue conocido como “La Voz de Terciopelo” y “El Señor de las Sombras” (ojo, no “El Señor de las Tinieblas”, como el chamuco).
Quiero que noten la enorme, insalvable diferencia entre el vozarrón de aquellos señorones, con los de Valentín Elizalde y toda la camada de verracos que graznan sin ton ni son.
Hace poco tiempo surgió una nueva camada como Cristian Nodal, Peso Pluma, Natanael Cano y otros, quienes increíblemente han ganado premios internacionales.
El colmo es cuando alguno de ellos asegura que canta mejor que Luis Miguel y José José juntos.
Por eso, aquí los dejo con el refrán estilo Pegaso: “La deidad los nutre y ellos se aglutinan”. (Dios los cría y ellos se juntan).