Friday, May 9, 2025

Al Vuelo-Casting

Por Pegaso
Ayer de mañana vi y oí algo que me dejó atónico, anonadado, perplejo, patidifuso, boquiabierto, estupefacto y algo apendejadón: Una ñora andaba haciendo casting entre el personal femenino de la Presidencia Municipal para una película.
Por supuesto, no me podía quedar sin meter mi cuchara:
-¿Es cierto que van a hacer una película?-le pregunté para confirmar lo que estaba escuchando.
-Sí-fue la lacónica respuesta.
-Ya no hagan tantas narcopelículas-refunfuñé. Y la cara de la mujer me lo dijo todo: Habrá una nueva cinta con el trillado tema del narcotráfico, filmada en las calles de Reynosa.
Ya lo he dicho y lo repito. En últimas fechas, nuestra ciudad se ha convertido en un nuevo Hollywood. La diferencia es que aquí las películas son monotemáticas. No salen de lo mismo: Violencia y más violencia, sublimación de la vida del narco, culto a la personalidad del criminal y en general, apología del delito a todo lo que da.
La diferencia entre hacer una película de estas y cantar canciones del mismo tema, es que las primeras son de consumo privado. No se proyectan en salas de cine convencionales, sino que uno tiene que entrar a la plataforma de la productora, pagar unos cuantos devaluados pesos y disfrutar del contenido desde nuestra pantalla, computadora o teléfono inteligente.
Por el contrario, los narcocorridos se cantan en palenques y en estadios con grandes concentraciones de gente, se escuchan en el radio y en canales de televisión sin recato alguno, lo que influye perniciosamente en la psique de los jóvenes y no tan jóvenes.
Las chicas de la Presidencia, cuando les decían que podían hacer un casting y firmar un contrato, se alborotaron. Algunas posaron para la foto, otras bromeaban diciendo: “¡Ahhh, bueno! Si es película porno, sí le entro”, o “Yo solo salgo en Only Fans”.
Pero por lo que escuché, sí es algo serio. Una de tantas productoras que tiene su sede en Reynollywood, como le llamo, se prepara para hacer el rodaje en locaciones de este municipio.
Para tal efecto, la mayoría de ellas utilizan ranchos cercanos que les prestan, pero invariablemente tienen que hacer escenas en las calles.
Con esto nos pegan un tremendo susto a los pacíficos habitantes de Reynosa, quienes de pronto nos topamos con tipos más feos que “El Alacrán” Amador Granados, todos armados hasta los dientes.
Claro, uno tarda en darse cuenta que es una filmación, pero por lo pronto, el soponcio ya lo sufrimos. Con el paso de los años, con tanto susto, acabamos por desarrollar una diabetes marca diablo. Todo por la promoción de Reynosa como la nueva Meca de la producción cinematográfica nacional.
Reitero: No tengo nada con que se produzcan películas en esta ciudad, ¡pero ya cámbienle de tema!
Lo malo es que no lo harán porque resulta mucho más rentable hacer una película de narcos que hacer una novela o una cinta de aventuras.
Alguien me decía que la cantidad de usuarios que pueden entrar a ver en la plataforma una narcopelìcula es de hasta 10 millones, contra los apenas 10 mil que se asoman tímidamente a ver una de amor.
Eso es lo que la gente quiere ver. Eso es lo que seguirá ocurriendo en Reynollywood.
Termino con el refrán estilo Pegaso: “¡Por tal razón permanecemos como permanecemos”. (¡Por eso estamos como estamos!)
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