Algo tiene el ritmo sabrosón del finadito Chicoché que encanta a nuestro venerable Pejidente ALMO.
O será que son de por el mismo rumbo; por eso, a lo largo de los años, ha utilizado frases chimengüenchonas que el cantante vernáculo incluyó en sus gustadas canciones.
“De quén chon”, “¿Quien pompó?” y “Mira cómo estoy temblando”, son de las más socorridas por el Peje del Ejecutivo Federal, cuando se dirige a sus detractores, los fifíes, neoliberales y aspiracionistas.
La verdad, no recuerdo cuando fue la primera vez que usó “De quén chon”. He intentado averiguarlo en Internet, pero no me da resultados. Lo que sí sé es que alguna vez se la oí decir. Debió ser cuando se refirió a algunas propiedades de Felipillo Calderón o de Chente Fox.
Lo segundo sí lo tengo más presente. Le dijo a Loret de Mula, cuando se descubrió que tenía varias lujosas residencias: “¿Quén pompó?”
Y la última, la más reciente, al burlarse de la amenaza del Gobierno de Estados Unidos de aplicar aranceles a las ventas mexicanas en ese país por la violación al T-MEC en el tema energético.
“¡Uy, qué miedo!¡Miren cómo estoy temblando!”,-dijo en una de las últimas mañaneras.
Pero, ¿quién es este personaje que se ha convertido en la musa de ALMO?
Bueno, sí. Es su paisano. Nació en Tabasco y tuvo su época dorada en los ochenta, cuando triunfaba con su muy peculiar estilo de interpretar las cumbias y su raro aspecto con una larga melena, espejuelos y un holgado overol que lo hacía ver más obeso de lo que era.
En su repertorio están algunas joyas de la lírica romántica de todos los tiempos, como la ya mencionada “¿Quén pompó?”, “¿Dónde le agarró el temblor?”, “¿De quén con?”, “La mata de mora”, “¿Ton’s qué, mami?”, “¡Uy, qué miedo!”, “Cascarita de cacao”, “El carro de Federico”, “La viborita” y muchas jocosas melodías más.
No por nada, el Pejidente se inspira en esa voluminosa producción musical para sacar de onda a sus adversarios políticos.
Una de esas ocasiones ocurrió allá por el mes de abril, cuando Loret de Mula y Víctor Taruguillo, mejor conocido como “Trozo, el payaso cochambroso”, dieron a conocer algunos bienes del Pejidente desde la plataforma Ladinus.
Al señalar que éstos reciben recursos para estar golpeando a su Administración, ALMO dio a conocer a su vez los ingresos y las propiedades que han adquirido esos bizarros comunicadores gracias a la relación con el poder político y económico que está detrás de ellos, y les espetó en la jeta con esa frase clásica de Chicoché: “¿Quén pompó?”
Esa es el arma secreta del cabecita de algodón. Siempre que alguien lo ataca, lo más socorrido es que recuerde alguna frase de las canciones de Chicocoché y los manda a la goma.
Pero a él no le gusta que hagan bromas a sus costillas, y a sus seguidores menos.
Recordamos un chiste que el comediante El Costeño hizo de AMLO: “Es como el pito, se para a las 6 de la mañana a lo puro pendejo”. Y luego, en sus redes sociales, siguió con las burlas al primer Mangatario: “Que le dicen el zopilote extreñido, porque se la pasa planeando, planeando y nada que obra. Que le dicen la paloma, porque da un paso y la caga, que le dicen el dólar por que le vale madre el peso. Que le dicen el kotex porque está en el mejor de los lugares, pero en el peor de los momentos. Que le dicen el esperma, porque si no sale con una mamada, sale con una jalada”, y así, sucesivamente.
Por decir ese tipo de chistes que abollan la investidura presidencial, miles de chairos se le lanzaron a la yugular al comediante, inclusive con amenazas de muerte.
“Son chistes que hemos dicho de los presidentes desde hace muchos años, solo le cambiamos el nombre”,-se justificó el comediante.
A quien por cierto, ya no he visto en los programas de televisión ni en radio.
Va, pues, el refrán estilo Pegaso que dice así: “¿Por qué razón tal cantidad de cabriolas, cuando la superficie es demasiado llana?”(¿Por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?)