Tuesday, November 4, 2025

AL VUELO-Contradicción

Por Pegaso
Hay dos corrientes filosóficas sobre los delincuentes que se contradicen mutuamente:
1.- Los criminales son seres humanos y merecen que se les garantice un procedimiento legal que respete sus derechos humanos. Es culpable hasta que se demuestra lo contrario. Se le aplica una sentencia y se le mantiene privado de la libertad hasta que purga su condena y entonces, se considera que ya puede reincorporarse a la sociedad.
2.- Los delincuentes son enemigos de la sociedad, no merecen piedad y ya no pueden ser considerados como seres humanos.
Esto es precisamente lo que se analiza en el libro El Derecho Penal del Enemigo, de Günther Jacobs el cual, por cierto, ha sido objeto de debate por obviar principios jurídicos como la presunción de inocencia y los derechos humanos.
Yo, Pegaso, siempre he dicho que el ciudadano común y corriente puede equivocarse o cometer algún delito imprudencial. Si no es muy grave, la ley le da el derecho a la defensa y si es responsable, se la aplican sanciones que van desde lo económico hasta lo corporal.
En este caso se entiende que merece una segunda oportunidad y que si demuestra una conducta social impecable, se le trate como a cualquier otra persona, sin el estigma de ser expresidiario.
Tomemos como ejemplo a un padre de familia que ha perdido su empleo. Desesperado porque no halla trabajo y no tiene dinero para llevar alimento a su familia, se le hace fácil tomar unos panes de un negocio. El propietario llama a la policía y va a parar a la cárcel. Se le aplica la sanción referente al hurto y si no tiene con qué garantizar una multa, se va a prisión.
Muy diferente es aquel individuo que por propia elección se dedica a robar, a violar o asesinar. Lo hace una vez, luego otra y otra y otra, hasta que se acostumbra y pierde su humanidad.
Ya sea que forme parte de un grupo delictivo o que lo haga en solitario, es una amenaza para la sociedad.
Si se sabe que es un redomado delincuente, no puede ser considerado de la misma manera que el resto de las personas que trabajan, que pagan sus impuestos, que aman a sus familias y que no hacen daño a nadie.
El victimario no puede tener los mismos derechos que sus víctimas. A final de cuentas, como dice el refrán: “Los derechos humanos son para los humanos derechos”.
Esto significa que, con fundamento en la segunda concepción filosófica, el criminal irredento pierde automáticamente su condición de ser humano, al convertirse por elección propia en una bestia sedienta de sangre.
Yo distinguiría dos tipos de delincuentes: Aquellos que aún tienen la oportunidad de redimirse y los que ya se pasaron al lado obscuro, como Anakin Sky Walker en La Guerra de las Galaxias: La Amenaza Fantasma (Star Wars: The Phantom Menace. Estrenada en 1999. Director: George Lucas. Protagonistas: Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman y Jake Lloyd), quien, después de obtener los poderes sith se convierte en el temido Dart Vader.
Por eso es muy necesario que cada país cuente con un sistema de educación dirigido a los valores, que forme familias honestas, con individuos que busquen sobresalir por sus méritos propios, no causando daños a terceros.
Decir que un criminal sanguinario merece un juicio justo hasta parece una broma de mal gusto, porque si algo es cierto en este país es que los juicios no son justos, sino todo lo contrario. Teniendo el dinero necesario, se tuercen leyes y se logra el blindaje de la impunidad.
Mientras tanto, el pobre tipo que robó un pan para su familia, sin dinero para contratar un buen abogado o para pagar un amparo, terminará pudriéndose en una mazmorra.
Viene el refrán estilo Pegaso:_”¡Que se mantenga con vida los Estados Unidos Mexicanos, machos cabríos!” (¡Viva México, cabrones!)
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