Tuesday, January 14, 2025

Al Vuelo-Estrellados

Por Pegaso

Leía yo esta mañana sobre la gran indignación que manifiestan los habitantes de Los Ángeles, California contra algunas de sus rutilantes estrellas y millonetas, porque estos desperdiciaron, malgastaron, dilapidaron, desaprovecharon, derrocharon y escamotearon grandes cantidades de agua, cuando el líquido para albercas y riego de jardines estaba restringido.

Efectivamente: Las autoridades de Los Ángeles habían establecido un límite en el uso del vital líquido precisamente para tener lo suficiente en caso de incendios forestales, como ocurre actualmente.

Lo que pasa que dichos incendios son comunes en esa región de Gringolandia, pero en esta ocasión se sumaron factores como el viento y la sequía para convertir aquel paradisíaco lugar en un verdadero infierno.

Barrios residenciales de alta plusvalía, donde viven celebridades como Mel Gibson, Kim Kardashian, Ben Afflek, Mark Hamill, Silvester Stallone y muchos más, fueron arrasados por las llamas.

Resultado: Hasta ahora 16 muertos, muchos desaparecidos y daños multiarchimegasuperdrupermillonarios.

Las fastuosas residencias y palacetes de los millonarios quedaron hechas cenizas, pero, a decir verdad, eso es como quitarle un pelo a un gato, porque la mayoría de los ricachones tienen dos, tres, o cuatro casitas iguales. Otros tienen hoteles o resorts donde pueden pasar la noche mientras reconstruyen sus humildes tecuruchos.

No así el resto de los habitantes de Los Ángeles, Holywood, Santa Mónica y alrededores. La gran mayoría de damnificados son habitantes de barrios de nivel socioeconómico medio y medio alto, quienes sí son afectados en su patrimonio.

No se vale condolerse de las lágrimas de cocodrilo de Kim Kardashian, o de aquel multimillonario que hacía ademanes de desesperación y pedía ayuda desesperadamente porque su colección de autos clásicos restaurados se estaba quemando.

El área de Los Ángeles, Estados Unidos, tiene uno de los ingresos per cápita más altos del mundo, pero aún así los incendios forestales han castigado severamente a los antes soberbios angelinos.

¿Qué pasaría si ocurriera lo mismo en una ciudad pobretona como Reynosa?

No quiero ni imaginarme, pero seguramente todo iniciaría con alguien que prenda fuego a algún basurero, como el de Las Anacuas o Las Calabazas.

Pronto, el viento arrastraría las llamas a las viviendas más cercanas. Y mientras llegan los bomberos con los camiones tanque más agujereados que un queso gruyere, dejando la mitad de su carga en el camino, los desesperados habitantes buscarían agarrar agua de la llave, pero resulta que ese día, precisamente, habría un corte del servicio.

Aunque aquí también hay millonetas, la mayoría de ellos viven en McAllen o en Mission, así que ni siquiera se preocuparían.

Jodidos los que nos quedemos en Reynosa, resignados a perder nuestras pocas propiedades.

Por fortuna, las condiciones del clima son muy diferentes. Y aunque se han presentado situaciones, como el incendio de pastizales cerca del hospital del IMSS, la enjundia y el esfuerzo que han puesto los sacrificados elementos del Erótico Cuerpo de Bombones (perdón, Heroico Cuerpo de Bomberos), han dado buenos resultados.

Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Incluso los acaudalados plañen”. (Los ricos también lloran).

 

RELATED ARTICLES

Más Populares