Tuesday, September 2, 2025

AL VUELO-Fifirroña

Por Pegaso
¡Paren prensas! ¡Noticia de última hora! ¡Impactante!
Se ha comprobado que Norroña ya no es pueblo. Ahora es fifí, neoliberal y aspiracionista.
Esta información supera incluso lo que se maneja en los corrillos políticos de Gringolandia sobre el posible fallecimiento del Presidente Trompas.
Su repercusión es mundial.
¿En qué cabeza cabe que jamás el izquierdista más duro de México durante chorromil años ahora sea un convencido capitalista que gusta de los viajes en vuelos de primera a países de Europa, comprarse una residencia de descanso en Tepoztlán y tener dos vehículos Volvo de más de un millón de pesos cada uno?
Lo que era inimaginable hace apenas hace uno o dos años, es hoy una realidad palpable.
Frenández Norroña, el popular Changoleón, ya cambió de bandera. Ya le agarró el gusto al billete. Ya sabe para qué sirve la lana.
Durante décadas abrazó la sana medianía y difundió las bondades de la pobreza franciscana.
“A los pobres no los asaltan ni los secuestran”-fue la máxima de este grupo de valientes y bizarros apóstoles de la jodencia.
“No compren autos, ni casas, ni ropa de marca. Basta unos pantalones, unos zapatos, unos calzones y una camisa para vivir bien. No hace falta nada más”-decían.
El santón de esa pobreza franciscana, de nombre #YSQ, ALMO o el Cabecita de Algodón, siempre decía que solo traía 200 pesos en la bolsa. Además, durante los veinte años que fue candidato a la Presidencia de la República se desplazaba en un Tsurito modesto.
Pero como todo cambia en la vida, el olor del dinero tiene la virtud de cambiar hasta al más férreo defensor de la pobreza.
“Primero los pobres”-era la frase insignia. Y gracias a ella, lograron que los pobres votaran por ellos.
Luego vinieron programas electoreros, como la pensión universal, que debía revisarse para que solo a la gente que realmente lo necesita se le otorgue y que no se utilice como arma política.
Aquellos que durante varios años recomendaron que los ciudadanos dejaran de aspirar a tener una vida mejor y de alejarse de las prácticas capitalistas y neoliberales, ahora la gozan en grande. Les ha cambiado el chip.
La incongruencia de Norroña, que ya parece payaso de feria porque todo mundo le tira, es haber dicho que la pobreza franciscana es deseable para todos los mexicanos, y que él y los demás cabecillas del movimiento vivían en la justa medianía, pero de pronto, aparecen como verdaderos potentados y practican lo que antes condenaban.
Norroña ya no es pueblo. Ahora es fifí, neoliberal y aspiracionista.
Fifí porque le ha agarrado el gusto a la buena vida, neoliberal, porque consume los productos del capitalismo, y aspiracionista, porque ahora que ya tiene lana quiere una vida mejor.
Sería interesante, si alguien se lo encuentra, preguntarle si sigue recomendando al populacho que se queden jodidos o que busquen la manera de superarse para mejorar su nivel socioeconómico.
Si opina que es mejor esto último, estaremos ante un gran dilema, porque uno de los postulados del modelo de gobierno que defiende, es precisamente mantener empobrecido al pueblo para poder manipularlo a placer.
No digo más. Si Norroña quiere el derecho de réplica, estoy en la mejor disposición de concedérsela. Recordemos que ahora tienen al Poder Judicial a su disposición y temo que me manden a Almoloya o a Puente Grande solo por hacer énfasis en su incongruencia.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice así: “Quien monta en cólera, fracasa”. (El que se enoja, pierde).
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