Después de la goleada que les dio MORENA al PAN y al PRI, es necesario reconocer que el plan forjado desde mucho tiempo antes por los estrategas de la 4T les salió a pedir de boca.
Si bien es cierto que por algunos momentos se vislumbraba la leve posibilidad de remontar en las encuestas para la candidata opositora, los resultados fueron aplastantes, de más de 2 a 1 a favor de quien será la próxima Presidenta de México y la primera mujer en la historia de nuestro país en alcanzar ese importante cargo, desde que Acamapichtli se erigió como Tlatoani allá, por 1366.
Yo recuerdo que a nivel local, en Reynosa, había una situación parecida.
Durante los casi 300 años de historia de nuestra ciudad, solo la habían gobernado varones.
Hubo intentos serios por parte del PRI para impulsar a mujeres, pero resultaron en fracaso, como fue el caso de Tinita Icaza de Contreras, mi madrina, a quien la Secretaría de Gobernación vetó por la relación de su marido, El Negro Contreras, con el entonces apestado líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”.
En el 2016, cuando ganó la elección para Alcalde la entonces candidata del PAN, Maki Esther Ortiz Domínguez, constituyó un hecho histórico por partida doble, porque por primera vez ganaba la Presidencia Municipal una mujer y por primera vez se superaba el límite de los 100 mil votos.
Ahora, con más de 35 millones de sufragios, Claudia Sheimbaum Pardo se apresta a otorgar al gobierno las características propias de una mujer: Sensibilidad, empatía, creatividad y otras características propias del género femenino.
O como señala Ana M. Hernández en su tesis ¿Son las mujeres diferentes a los hombres en el ejercicio político? (El Cotidiano, septiembre 2006 pp 41-49): “Los hombres suelen asociar el poder con posición y rango; las mujeres ven el poder más a menudo como una retícula de conexiones humanas vitales”.
La autora agrega que “otra de las discusiones que están al orden del día es la de la gente que piensa que el poder define e influye en la persona independientemente de su sexo, mientras otros sostienen que la mujer puede llegar a ejercer el poder de manera distinta”.
Dejemos de lado la inclinación socialista de la Presidenta electa y centrémonos en lo que puede ocurrir, siendo ya la primera mujer Presidenta de la historia de nuestro país.
Los grupos feministas se van a empoderar y buscarán que temas como el aborto sean discutidos de manera más abierta en la tribuna, donde esperan que se les otorgue el derecho de hacer de su cuerpo lo que mejor les plazca.
La forma de gobernar podría tomar otros cauces. Se ha visto, por ejemplo, que en Inglaterra la ex primera ministra Margaret Tatcher gobernaba con mano dura, a tal grado que se le llegó a conocer como la “dama de hierro”.
Dadas las condiciones que prevalecen en México, donde los grupos de la delincuencia organizada pintan de sangre todo el territorio nacional sin que nadie les diga nada, donde los grandes empresarios evaden impuestos, donde los funcionarios siguen robándo a manos llenas, donde el pueblo sabio y bueno ha sido infiltrado por la narcocultura, ¿será necesario que tengamos nuestra propia dama de hierro?
Es una reflexión que dejo en la palestra. Por lo pronto, viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de Pepe el Toro: “¡Ni emitir sonidos articulados, fémina; portas punzón!” (¡Ni hablar, mujer; traes puñal!)