Thursday, May 8, 2025

Al Vuelo-Huracanes 

Pegaso
“A río revuelto, no se endereza jamás!… no.  “Árbol que crece torcido, ganancia de pescadores”… tampoco. “A los pescadores se les tuerce el árbol cuando…” Bueno, la idea es esa, como decía El Chapulín Colorado.
Resulta triste ver como muchas personas están a la espera de un desastre natural para aprovechar políticamente la coyuntura y llevar agua a su molino.
Pero esa ya es otra historia.
Hablemos de lo que puede ocurrir ahora que se acerca la temporada de huracanes, el día 1 de junio.
Para empezar, ninguna ciudad está preparada para una catástrofe de esa naturaleza. Cuando en las poblaciones costeras de los Estados Unidos o de cualquier país del Caribe se acerca una tormenta tropical, inmediatamente se escuchan las llamadas de alerta y la evacuación de la zona de impacto es obligatoria.
Quienes se quedan es bajo su riesgo. Pueden perderlo todo: Casa, muebles, enseres, pero todo eso se puede reponer casi de inmediato y sin ayuda del gobierno porque están asegurados.
Esa es la gran diferencia.
Reynosa no es población costera, pero sí estamos muy cerca. Ya nos han pasado rozando varios huracanes de categoría 2 y 3, pero no podemos ni siquiera pensar qué sería de nosotros si nos pega directamente uno de categoría 5.
Aquí no tenemos la cultura del aseguramiento porque los salarios son muy bajos y las primas super altas.
Por eso mismo, cuando ocurre algo como la tromba del 27 de marzo, nos quedamos temblando y tiene que entrarle al quite el gobierno para entregar colchones, estufas y refrigeradores a los damnificados.
Planear, anticiparse y tomar acciones costosas, pero necesarias, es lo más aconsejable. Una de esas propuestas la hizo el Alcalde de Reynosa Carlos Peña Ortiz para que se liberen líneas de crédito a personas que habitan en colonias bajas.
Es en esos lugares donde más se acumula el agua durante las lluvias torrenciales. El plan consiste en elevar las casas, como se hace en zonas costeras de Estados Unidos y del Caribe. Que el primer piso sea para estacionamiento o almacén de trebejos y el segundo, para vivienda.
Así, si ocurren nuevas inundaciones, al menos lo más valioso de la familia estará a salvo.
Entonces, ¿qué ocurriría en las condiciones actuales si nos impacta un huracán, ya no digamos de categoría 5, sino de categoría menor?
Seguirán inundándose las viviendas de colonias bajas.
Esas colonias que durante muchas décadas fueron invadidas por precaristas, impulsados por líderes vivales que obtuvieron grandes ganancias, sin pensar que eran zonas inundables o que estaban ubicadas en cuencas naturales que utiliza el agua de lluvia para escurrir hacia zonas más bajas.
Para empezar, de acuerdo con los pronósticos, se esperan 36 fenómenos tropicales que podrían afectar al país, 19 en la vertiente del Pacífico y 17 en la del Atlántico.
De las del Pacífico, se espera que una sea depresión tropical, 8 tormentas tropicales, 6 huracanes de categoría 1 y 2, y 4 de categoría 3, 4 y 5.
En la vertiente del Atlántico, la nuestra, se esperan 2 depresiones tropicales, 7 tormentas tropicales, 4 huracanes de categoría 1 y 2, y 4 de categoría 3, 4 y 5.
Tras el Evento 27M, cuando nos cayó el diluvio, mucha gente entró en depresión y quedó traumatizada. Nada más leen o escuchan en las redes sociales a los catastrofistas del clima y les da el soponcio, el patatús, el váguido y la chiripiorca.
Lo más sano es tener un plan familiar de contingencia y buscar refugio en un lugar seguro cuando sea inminente la llegada de un huracán.
Llévense los documentos difíciles de conseguir y echen a la cajuela los objetos de mayor valor, porque a final de cuentas, lo material se puede reponer, pero una vida humana es invaluable.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “Que la pequeña deidad nos sorprenda bajo contrición”. (Que Diosito nos agarre confesados).
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