Monday, July 21, 2025

AL VUELO-Hyde

Por Pegaso
Como en la novela del Dr. Jekill y Mr. Hyde (Strange Case of Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por su título original en inglés, del escritor Robert Louis Stevenson), los seres humanos comunes y corrientes tenemos episodios violentos, donde nos transformamos en fieras y sacamos de muy adentro de nosotros una personalidad agresiva y siniestra.
Se ha demostrado tantas veces, que repetirlo puede parecer grosero. Una persona que considera tener el derecho sobre algo, arremete contra otros, obnubilada su mente, sin pensar en lo que hace y provoca una acción que vulnera los derechos de un tercero.
Sería cómico si no viniera implícito el tema del enojo, la prepotencia y la terquedad que algunas y algunos suelen mostrar en situaciones específicas.
Y ahora, con la facilidad de grabar cualquier cosa en nuestro teléfono celular y subirlo todo a las redes sociales, tenemos la fórmula completa para la viralización.
Lo digo por personas como “Lady Ramona”, “Lady Tamales” y “Lady Racista”, tres de los casos más recientes en que las plataformas virtuales fueron escenario de lo que puede ser un individuo cuando pierde los estribos.
Lamentablemente, la mayor parte de los casos corresponden a mujeres. Hermosas y refinadas damas que, de un momento a otro, se convierten en furibundas leonas que barren con todo lo que tienen a su alcance.
El fenómeno de las “ladys” sigue dando de qué hablar.
Me refería líneas arriba a tres casos en específico.
“Lady Ramona” es una joven de Tampico quien, junto con su madre, se habían apropiado ilegalmente de una vivienda ajena, no pagaban renta y cuando la dueña se presentó a reclamar su propiedad, se burlaron de ella.
Ésta grabó y subió todo a las redes sociales y al poco tiempo se hizo viral. Gracias a la presión social, las autoridades actuaron y se llevó a cabo el desalojo. La escena de la dueña jalándole las greñas a la joven invasora -que pasará el resto de su vida con el apodo, alias, sobrenombre, mote, apelativo o seudónimo de “Lady Ramona”, en alusión al personaje de El Chavo del Ocho, Don Ramón, que nunca le pagó la renta al señor Barriga- se hizo icónica y hasta una piñata tuvo en la Piñatería Ramírez.
No se sabe si “Lady Ramona” dio alguna disculpa pública por su acción ilegal y burla que hizo a la propietaria del inmueble, como tuvieron que hacerlo las otras dos protagonistas de esta historia.
“Lady Racista” saltó a la fama a principios de julio. Una joven de origen argentino llamada Ximena Pichel insultó en la colonia Condesa a un policía de tránsito de la Ciudad de México, cuando este intentaba colocar un inmovilizador a su vehículo por estar mal estacionado.
Furibunda, reaccionó con gritos y majaderías, llamando “pinche negro” al cumplido agente.
Una vez que se viralizó el video, la mujer, de 45 años de edad, quien trabajaba como modelo, actriz de campañas publicitarias e influencer, tuvo que pedir disculpas públicas y pagar un multón, además de perder su chamba. Todo eso le costó su momento de furia. Días después, con la cara compungida y haciendo pucheritos, sacó un video donde dice que está arrepentida y que no lo quiso hacer. Pero el hecho está ahí. Su transformación hydeana fue vista por millones de personas alrededor del mundo.
Vámonos con “Lady Tamales”, una señora popofona que salía de un centro comercial en Guadalajara y la arremetió contra una vendedora de tamales que, según ella, obstruía la salida de su vehículo.
La forma en que se dirige a ella es radicalmente diferente a la disculpa que tuvo que dar después en las redes sociales. El cambio es visible.
Esto nos daría material para hacer un sesudo estudio sobre los factores que pueden alterar tan drásticamente la personalidad de un individuo o individua. ¿Somos violentos por naturaleza o existe un mecanismo interno que dispara nuestro lado bruto?
¿Hasta dónde puede emerger el complejo reptiliano y sobrepasar nuestra capacidad de autocontrol frente a situaciones que nos enojan o molestan?
A final de cuentas, estas ladys y muchos lores han tenido que morderse un huevo y reaparecer con carita compungida para pedir perdón a los ofendidos por sus exabruptos, porque la viralización les ha causado tanto daño que su vida no vuelve a ser la misma.
Pero aún así, ya nadie les quitará la etiqueta de prepotentes y gandallas, aunque digan que están arrepentidos de sus acciones pasadas. Al rato, si las circunstancias se repiten, lo van a volver a hacer, porque así es la naturaleza humana. Como si todos tuviéramos el elíxir que nos convierte en Mr. Hyde.
Viene la frase estilo Pegaso, ¿cortesía de quién? De “Lady Racista”, por supuesto: “Abstente de proferir dicterios en mi contra, auxiliar de cocinero de tez obscura”. (No me estés insultando, pinche negro).
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