Los héroes corresponden a la historia, como Morelos, Hidalgo, Iturbide, Zapata o Juárez. Los super héroes, al cine y la televisión, como Supermán, Batman, El Hombre Araña, Hulk o la Mujer Maravilla.
Pero, ¿por qué no hay héroes reales, de carne y hueso?
Esa es la pregunta que se hace el protagonista de la película de acción “Kick Ass”.
Dave, un joven nerd, amante de los superhéroes, decide un día convertirse en uno de ellos, solo que no tiene superpoderes.
De todos modos, se compra un disfraz de color verde y sale a las calles con unos palos como arma.
Su primera acción es tratar de detener a un ladrón de autos, sin embargo, por su inexperiencia resulta apaleado. Alguien lo graba en su teléfono, lo suben a las redes y se hace viral.
Kick Ass vive sus momentos de fama, hasta que un grupo de narcotraficantes creen que los golpes que han recibido se deben a ese personaje.
En el desarrollo de la película, Dave conoce a Papi y su hija Hit Girl, altamente adiestrados en el uso de todo tipo de arma de fuego y arrojadizas, que sí les parten el trasero de verdad a los malos.
Pronto, la torpeza de Kick Ass orilla a que los criminales identifiquen y maten a Papi, quemándolo vivo. Logra sobrevivir gracias a la intervención de la increíble Hit Girl, quien hace una carnicería entre los delincuentes.
Pero eso sigue siendo una película.
Hace poco más de cinco años surgió en Estados Unidos un movimiento donde, al igual que Kick Ass, personas de la vida real se disfrazaban y salían a las calles buscando hacer justicia y proteger al débil, pero pronto vieron que no era posible ser supehéroe sin superpoderes.
En México se conoce la historia de “El Marino Loco”, un militar que se dio a la tarea de capturar narcos, vestirlos con tutú y mallitas fiucha, hacerlos que se besaran entre ellos, subir los videos a Facebook y luego mandarlos derechito al infierno, donde deben estar retorciéndose.
“El Marino Loco” no es ficción. Es real.
Operó, como arma secreta o como un “vengador anónimo” con el conocimiento de la Marina de México. Reynosa fue uno de los lugares donde llegó a realizar sus más sonadas hazañas.
A la fecha, no se sabe cuál ha sido su paradero.
Lo que sí se conoce es que en varios Estados de la República ya salieron imitadores, sujetos armados hasta los dientes que se dedican a cobrar cuentas a los sanguinarios sicarios de la Delincuencia Organizada.
Bien haría algún productor de Hollywood en retomar la historia de “El Marino Loco”- cuyo nombre real es Erick Morales Guevara, conocido también como “Thor” o “El Señor del Martillo”- para llevarla al celuloide.
O tal vez, si los directores gringos no quieren dar vida a este héroe mexicano, cineastas como Guillermo Del Toro, Alfonso Cuarón y Jorge González Iñárritu podrían darle el crédito que se merece.
La diferencia entre “El Marino Loco” y “Kick Ass”, hasta donde veo, es que el primero es un sujeto de la vida real adiestrado en el manejo de armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano y la Marina Armada, en tanto que el mozalbete vestido de verde es un nerd de ficción que no sabe ni dar una cachetada.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Rambo: “Constituyo tu más terrible alucinación onírica”. (Soy tu peor pesadilla).