Wednesday, October 22, 2025

AL VUELO-Ninjas

Por Pegaso
Yo no lo sabía, pero el origen de los llamados “ponchallantas” está en los ninjas.
Una arma efectiva que era utilizada hace varios cientos de años por los legendarios guerreros japoneses, ahora causa quebraderos de cabeza a los automovilistas de las áreas urbanas disputadas por la delincuencia organizada.
En aquel tiempo se le conocía como “diamante de hierro”, una estructura metálica modelada de tal forma que, sin importar el lado en que cayera, siempre había una punta filosa apuntando hacia arriba.
Estos objetos los usaban los ninjas cuando eran perseguidos por los samuráis o por soldados del ejército imperial en los tupidos bosques.
Los soltaban en los caminos repletos de hojas secas, sin que pudieran ser vistos. Sin embargo, cuando alguno de los perseguidores lo pisaba, el dolor era insoportable y generalmente quedaba inmovilizado. Las puntas cortaban músculos, venas y tendones, provocando abundante hemorragia en la desafortunada víctima.
Los actuales “ponchallantas” conservan el mismo diseño. Son elaboradas con dos trozos de varilla que se soldan para hacer una especie de estrella. Los cuatro picos se afilan y después se tiran en grandes cantidades en las calles cuando los maleantes son perseguidos por los soldados o los policías.
Como daño colateral, estas, al quedar regadas en el pavimento, provocan ponchaduras a los vehículos.
Y como los ninjas, los delincuentes prefieren hacerlo de noche para que no se vean en la oscuridad.
Para poner en contexto a quienes no saben qué es un ninja, les diré que, de acuerdo con la historia antigua de Japón, eran un grupo de mercenarios entrenados especialmente en formas no ortodoxas de hacer la guerra, entre las que se incluían el asesinato, el espionaje, el sabotaje, el reconocimiento y la guerra de guerrillas.
Todo eso tenía como propósito desestabilizar al ejército enemigo, obtener información vital de la posición de sus tropas o lograr una ventaja importante que pudiera ser decisiva.
Fueron un grupo temido, pero muy usado por líderes militares, en virtud de ser totalmente contrarios al bushido de los samuráis, que era un estricto código de honor que no permitía el asesinato a sangre fría.
Algunos estudiosos sitúan el origen de los ninjas entre los años 500 y el 300 antes de cristo, como una adaptación de los preceptos chinos.
No fue sino hasta el Siglo VI que las técnicas de espionaje fueron introducidas a Japón.
Aunque la arma más popular de los guerreros ninja es la estrella metálica llamada shuriken y la espada katana, el “diamante de hierro” también formaba parte de su arsenal y era muy utilizado para contrarrestar a los enemigos durante las persecuciones.
Ahora ya sabemos algo más de esos artilugios demoníacos que nos encontramos en las calles y provocan daños irreparables en nuestras llantas.
Todo se lo debemos a los ninjas.
Viene el refrán estilo Pegaso: “A pésima zancada proporcionarle urgencia”. (Al mal paso darle prisa).
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