Por Pegaso
A propósito del fenómeno de la percepción que ha trastocado todo el constructo social elaborado a base de tanto sacrificio, sangre y sudor, reproduzco aquí un diálogo de la jocosa película “La Vida de Brian” (Life of Brian, por su nombre original en inglés. Estrenada en 1979. Director: Terry Jones. Protagonistas: John Cleese, Graham Chapman, Terry Gilliam, Terry Jones y Michael Palin), tal vez uno de los primeros largometrajes donde se discute el tema de la percepción de género.
En una de las escenas vemos a cuatro personajes, tres hombres y una mujer pertenecientes al Frente Judaico que lucha contra la dominación romana, en la Palestina del primer siglo de nuestra era:
-Yo creo, Reed-dice la mujer- que un grupo antiimperialista como el nuestro debe reflejar las divergencias de intereses entre las bases.
-De acuerdo-responde el tal Reed, líder de esa agrupación. ¿Francis?
-Sí. Creo que el punto de vista de Judith es muy válido, siempre que el partido no olvide que es el derecho inalienable de todo hombre…
-O mujer-replica el cuarto tipo.
-O mujer-reconoce Francis.
-Ser liberado…
-O liberada-insiste.
-De acuerdo. Gracias, hermano.
-O hermana.
-¿O hermana?-se queda pensando. ¿Por dónde iba?
-Ya habías terminado-acota Red. Además, también es derecho de todo hombre…
-O mujer-replica el botarate.
-Bueno, ¿qué fijación tienes con las mujeres? Nos estás distrayendo.
-Las mujeres también tienen derecho a participar en nuestro movimiento.
-¿Por qué te preocupas tanto por las mujeres, Stan?
-¡Yo quiero ser mujer!
-¿Qué?
-¡Quiero ser una mujer! Desde ahora quiero que me llaméis Loreta.
-¡Qué?
-Es mi derecho como hombre.
-¿Por qué quieres ser Loreta, Stan?-pregunta Judith.
-Porque quiero tener hijos.
-¿Quieres tener hijos?
-Los hombres también tienen derecho a tener hijos, si quieren.
-Pero… ¡tú no puedes parir!
-¡No me oprimas!
-¡Qué te oprimo, Stan! ¡Es que no tienes matriz! ¿Dónde vas a gestar el feto? ¿Lo vas a meter en un baúl?
-¡Sniffff! ¡Snifff!
-Chicos, tengo una idea. Estamos de acuerdo en que no puede parir por no tener matriz, lo que no es culpa de nadie, ni siquiera de los romanos, pero sí puede tener el derecho a parir.
-Buena idea, Judith. Lucharemos contra el opresor por tu derecho a parir hijos, hermano… digo, hermana.
-¿Y esto de qué sirve? ¿De qué sirve defender su derecho a parir si no puede parir?
-Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión.
-Es un símbolo de su lucha contra la realidad-concluye Reed.
Precisamente en Reino Unido, de donde son originarios los productores y artistas de “La Vida de Brian”, surge con fuerza una determinación legal para prohibir toda esa locura de la percepción de género.
Lo que se conoce como lenguaje inclusivo, identidad de género, acciones afirmativas, el feminismo y el uso de las minorías para impulsar ideas bizarras, es rechazado cada vez por más países en el mundo, empezando por los Estados Unidos y el Reino Unido.
Contrario a la clasificación de progresivo y legalmente correcto que se suele dar a ese tipo de posturas, la realidad es que nos está llevando a una regresión como sociedad y como especie.
Entiendo que, por ideas de un tal Simone de Beauvoir, allá por el año 1949, empezaron a adoptarse ideas tales como la percepción y perspectiva de género.
Dicha filosofía vino a repercutir en las sociedades actuales, a partir del cambio de milenio.
Hemos llegado al punto que un sujeto barbón, panzón, peludo, viejo y feo, se siente una niña de kínder y exige ser inscrito en un preescolar, o que deschavetados individuos se crean vacas, perros o caballos, o que otros se quiten el pizarrín y se llenen de hormonas femeninas para lograr su sueño de ser mujeres.
Podrán transformar su cuerpo, pero biológicamente seguirán siendo hombres. Eso es lo que se discute en Reino Unido y cada vez en más países, menos en México donde lo progresivo y políticamente correcto aún otorga un poder inconcebible a las minorías.
Después de esa reflexión, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Es una fémina originaria del planeta Marte, carente de glándulas mamarias y con cachiporra”. (Es una mujer marciana, sin chichis y con macana).