Monday, January 6, 2025

Al Vuelo-Rapto

Por Pegaso

Empezaré mi colaboración de hoy con una pregunta que hasta ahora no tenía respuesta: ¿Por qué los ricos son más guapos que los pobres?

Si tomamos un segmento de población, digamos, mil personas ricas y otras tantas pobres y sacamos un promedio de belleza de cada uno, nos daremos cuenta que hay más gente hermosa entre los ricos que entre los pobres. ¿Por qué ocurre esto?

Intrigado por esa idea que ha causado estupor entre los más prestigiados sociólogos y psicólogos del mundo, casi tanto como aquella clásica cuestión que dice: “¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?, me di a la tarea de buscar en tratados, enciclopedias y grimorios, pero no hallé ni madres.

Fue así que en la Internet encontré un video de un sujeto que asegura haber hallado el Santo Grial de las respuestas a esa interrogante.

De acuerdo con lo que dice, los ricos han estado raptando o seduciendo a la gente hermosa que eventualmente surge entre los pobres.

Pongamos este ejemplo: En una familia que vive en un cinturón de miseria, todos ellos más feos que La Gilbertona, por azares del destino o porque los genes se equivocaron, les nace una niña hermosa.

Con el paso del tiempo, su belleza se multiplica y los orgullosos padres la cuidan más que a sus ojos, como decía Tizoc. Pero tal hermosura no puede pasar desapercibida mucho tiempo. Pronto, todos los jóvenes que viven en la barriada, igualmente pobres y feos, empiezan a cortejarla sin que ella se decida por alguno en especial.

¡Ahhh! Pero como tiene que ir a la escuela o a trabajar, capta la atención de algún mozuelo rico y luego a otro, y luego a otro, hasta que llega a tener un grupo de admiradores, tanto pobres como ricos. Los primeros en promedio son feos y los segundos, guapos y con lana.

¿A quién creen que va a preferir? ¡Pues claro, hombre! Al guapo de billetes.

Deslumbrada y seducida por esas cualidades, es desposada por uno de los pretendientes ricos y es así cómo las clases sociales altas se llevan a todo lo que sobresale por su belleza de entre los pobres.

Lo mismo funciona con hombres jóvenes. Si de casualidad en una familia pobre nace un niño bello, güerito, de ojo azul o verde, no tardará mucho en que las chamaconas ricas le echen el ojo y lo seduzcan para llevárselo consigo.

Y así, los pobres se quedan feos y los ricos bellos.

Esa es la teoría loca que presentaba ese cuate en un video que publicó en Internet.

Aunque me sacó de onda por momentos, el razonamiento tiene algo de lógico. Es más, yo he visto muchos casos que se ajustan puntualmente a ese fenómeno, cuyo origen es precisamente el valor que damos a lo hermoso y al desprecio que hacemos de lo feo.

Y como los ricachones tienen el dinero suficiente para comprarlo, pues es obvio que “jalan” lo que es bello y agradable.

No sé si para mis dos o tres lectores el razonamiento resulta suficientemente convincente, pero es bien fácil confirmarlo por uno mismo.

Solo volteen a su alrededor, entre sus conocidos o familiares y sean sinceros consigo mismos: Difícilmente veremos que una persona bella llegue pobre a la vejez. En algún momento de su vida será absorbida por la riqueza.

Y por supuesto, ellos encantados porque significa que dejarán su vida de privaciones y pobreza.

Viene el refrán estilo Pegaso: “¡Es necesario que perezcan los individuos antiestéticos!” (¡Que se mueran los feos!)

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