Monday, September 22, 2025

Al Vuelo-Raza

Por Pegaso
Nuestra raza es así: Buscamos la más mínima oportunidad para chingarnos a los demás.
Había una frase muy famosa en la década de los setenta u ochenta: “Cada mexicano tiene la mano metida en el bolsillo del otro”.
Duele, pero es la verdad. Se tenía que decir y se dijo. Somos cabrones, canijos, chingaqueditos. Siempre buscamos cogernos a los otros para que no nos cojan a nosotros.
Eso es lo que pasó ayer en un Wal Mart de Matamoros.
Por error de algún empleado, pusieron un anuncio con el precio de 299 pesos por una televisión de 50 pulgadas. Como ocurrió con la volcadura del camión de mango o el de aguacate, aquí en Reynosa, la noticia se corrió como reguero de pólvora y pronto había un tumulto de gente queriendo comprar teles a menos de 300 pesos, cuando el precio real es de 7 mil.
¿Qué importa el destino que tendrá el empleado o empleada de Wal Mart si yo me llevo a mi casa una flamante Smart TV casi regalada? ¡Que se chingue! Yo voy a gozar mis moconovelas o partidos de futbol a toda madre. ¡Soy un chingón!
Por fortuna, llegó la Guardia Estatal y evitó el atraco.
No faltaron quienes, en redes sociales, aconsejaron pelear ante PROFECO para hacer válida la “oferta”, porque eso es lo que dice la Ley Federal del Consumidor.
¿Cuántas veces no hemos oído quejarse a la misma gente cuando se aplica literalmente la ley en algún caso y sale alguien perjudicado? Entonces, ¿sólo cuando la ley me beneficia a mí es cuando debe aplicarse?
También existe algo llamado justicia. Cuando la ley es injusta, no puede llamarse ley.
En este caso, ¿qué ley protege al empleado cuando se equivoca?
No, amigos y amigas. México está como está porque todo mundo quiere chingarse al otro. Es nuestra idiosincrasia.
Cuando los españoles llegaron a este territorio, traían consigo a la bazofia de la sociedad, a reos criminales que ya traían los genes de la maldad.
Tuvieron descendencia con las razas indígenas que habitaban el Valle de México, que no curtían malas vaquetas, ya que sus gobernantes eran tiranos terribles y los vasallos eran tan ladinos que mientras agachaban la cabeza maldecían a sus opresores, sin tomar acción alguna para mandarlos a la chingada (favor de no confundir con La Chingada, el ranchito del ex pejidente ALMO)..
Entonces, del cruce de estas dos razas nacimos nosotros, los mexicanos.
No digo que no hay gente buena. Es más, considero que somos la mayoría, pero muy en el fondo nos corroe ese gusanito de no dejarnos de los otros, de preferir nuestro propio beneficio y comodidad antes de ver por los demás.
Dicen que decía Jesucristo que cuando alguien te da una bofetada, hay que poner la otra mejilla. Y afirmo sin temor a equivocarme, que eso está muy lejos de la idiosincrasia del mexicano, porque aquí reina la “ley del descontón” y “del que pega primero, pega dos veces”.
Si yo hubiera visto el anuncio de Wal Mart donde ofrecían una televisión de 50 pulgadas a 299 pesos, tal vez hubiera sentido curiosidad y habría preguntado, antes de agarrar el aparato y correr a la caja a pagar, porque es evidente que hubo un error.
Error que seguramente le costará el empleo a alguien más.
Así que, como dice el refrán estilo Pegaso: “¡Procedamos a tornarnos diminutos…!” (¡Vámonos haciendo menos…!”
RELATED ARTICLES

Más Populares