Sí. Ya lo habían anticipado desde hace una década los especialistas en temas de tecnología: Las máquinas pronto van a sustituir a los seres humanos en la inmensa mayoría de los trabajos manuales e intelectuales.
Seremos, algo así, como una especie en extinción.
Pienso que el Apocalipsis podría no llegar en forma de zombies, meteoritos, invasión extraterrestre, bombas nucleares o cambio climático, sino que seremos víctimas de nuestra propia soberbia.
El autor de los libros “De animales a dioses” y “Homo Deus”, Yuval Noah Harari, anticipa una Humanidad donde las clases medias y bajas sufrirán terriblemente por falta de trabajo, mientras que los más ricos vivirán en zonas totalmente aisladas, gozando de grandes privilegios, y de esa manera, el mundo quedará dividido en dos partes muy diferenciadas.
Y dentro de todo ese concepto distópico, a alguien se le ocurrió la brillante idea de decirle a una inteligencia artificial que diseñara cómo se vería un dinosaurio por ejemplo, de médico, de deportista, deportista, secretaria, arquitecto, etc., como una forma de decir: “Miren, así como los dinosaurios pasaron a la historia, nosotros nos veremos de esta manera”.
Y actualmente es tendencia en las redes sociales. Uno busca su dinosaurio con la profesión que tiene, por ejemplo, periodista, y la inteligencia artificial dibuja un simpático avatar con forma de dino y lo viste de acuerdo con la profesión sugerida.
Yo andaba buscando el “Pegasosaurio” entre los que ya están elaborados en AI Dreams, pero no lo hallé.
Sí que encontré, por otra parte, el Tamaulipasaurio, el Pilotosaurio, la Maestrasauria, el Bartendersaurio, el Cirujanosaurio y el Marinerosaurio.
He de decir que esta moda sí me gusta. Durante varios años estuve criticando y hasta condenando las mil y una estupideces que la gente suele hacer en Internet, como los funestos “retos virales” que han cobrado la vida de miles de personas, o las tarugadas que hacen otros para imitar a los artistas del momento.
Pero imaginarnos como dinosaurios próximos a la extinción podría considerarse como humor negro e irónico.
A final de cuentas, como señalan los especialistas, va a llegar el momento en que las máquinas nos van a sustituir en muchos aspectos, pero el Ser Humano siempre ha hallado la forma de sobrevivir. Y lo seguirá haciendo ante esta amenaza tecnológica.
Bastaría con que, por ejemplo, se haga lo que quiso hacer el papá de la doctora Katherine Brewsler en “El Exterminador 3: La Rebelión de las Máquinas”, (Terminator 3: Rise of the Machines, por su título en inglés. Estrenada en 2003. Director: Jonathan Moslow. Protagonistas: Arnold Schwarzenegger, Nick Stahl, Claire Danes, Cristanna Loken y David Andrews), al decidir que debe poner en marcha la red Skynet para acabar con un virus que está afectando los sistemas de defensa de los Estados Unidos.
Pero resulta que Skynet era el virus, y al encenderlo, no hay vuelta atrás: Las máquinas toman el control de las armas nucleares y empieza a lanzarlas a diestra y siniestra, para acabar con casi toda la Humanidad.
Vemos actualmente que en algunas áreas, como la industria automotriz, la automatización ya es un hecho y son los robots los que hacen la mayoría de la chamba. Tenemos doctores robot a distancia y en fin, poco a poco el destino nos va a alcanzar hasta llegar a ser completamente obsoletos.
Pero por lo pronto, síganle jugando con pequeños dinosaurios vestidos de profesionistas que, por cierto, son elaborados por una Inteligencia Artificial.
Viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de Chiquidrácula: “¡Absténganse de disimular! ¡Experimentaron temor!” (¡No finjan! ¡Sintieron mello!)