Por Pegaso
Después del bizarro y nunca antes visto episodio del desfile revolucionario, donde los usuarios de las redes sociales me pusieron como palo de gallinero por decir algunas verdades incómodas, hoy nuevamente volví a recibir, aunque en menor medida, comentarios que no concuerdan con mis muy particulares puntos de vista.
Aún así, yo los entiendo y defenderé hasta la muerte el derecho que tienen a manifestar su pensamiento, lo que no significa que esté de acuerdo con ellos.
El primer comentario que se me salió fue el del siempre igualado pero jamás imitado exlíder de la Cámara de Diputados, el lenguaraz, lépero y gandalla Frenández Norroña.
Frenández Norroña se atrevió a decir en la tribuna de esa Cámara que a la esposa de Carlos Manzo, que quedó como Alcaldesa de Uruapan, le ha ganado la ambición, se ha ido hacia la derecha fascista y buscará la gubernatura de Michoacán.
Todo el país, chairos incluidos, se le fueron a la yugular. Incluso la Presidenta Claudia Shikitibum le dio una regañada en la mañanera al señalar que no es el momento de entrar en ese tipo de polémicas porque la señora está en una situación muy vulnerable, al haber perdido al padre de sus hijos.
Yo subí la foto de Norroña más solo que una tienda OXXO en el polo norte, en una rueda de prensa a la que convocó para decir que no dijo lo que había dicho.
Pero no se le pararon ni las moscas.
Alguien, en un comentario, manifestó que eso se trató de un montaje, porque a Norroña se le ven las patas chuecas y como que no cuadraban los pixeles.
Y pensé: “¡Ah, chingá, chingá! ¿Será cierto?” E incluso alguien preguntaba: “¿Por qué los periodistas se prestan a esto, caray. Una foto super editada y como sabemos esta persona tiene mucha convocatoria buena o mala, nada de objetividad, tintes cómicos tal vez en esta publicación”.
Pero más tarde, en el transcurso del día, otros medios de comunicación serios hicieron énfasis en la misma foto. Vean, si pueden, el video del Tícher Tópez Lóriga y el reporte de Cuartoobscuro, para que se den cuenta que no fui solo yo el del exabrupto.
El segundo comentario de este día fue con referencia a las lluvias.
Como es sabido, Reynosa es la ciudad de las tormentas torrenciales. Cuando llueve, llueve en serio y las inundaciones no se hacen esperar. Se inundan las calles mal planificadas, que están en cuneta, se inundan las vialidades donde hay pluviales que están repletos de basura, se inundan las colonias bajas donde nuca debieron construirse viviendas, así que para nadie debería ser sorpresa que en esta ocasión también hubo fuertes encharcamientos.
Pero yo noté que muchos de esos comentarios fueron para equiparar la tormenta de hoy con las que ocurrieron el pasado 27 de marzo.
Como que nos quedamos traumados, con algo que yo llamo “El Síndrome del 27M”, porque ahora con cualquier lluvia torrencial, inmediatamente nos vendrá a la mente aquella calamitosa serie de tormentas que provocó innumerables pérdidas materiales y por lo menos dos personas fallecidas.
¡Hubo hasta quienes sacaron fotos y videos de esa fecha simulando que se trataba de las lluvias de este día!
Lo de hoy fue apenas una miada de Tláloc.
“Es que los que vivimos en zonas bajas tenemos otros datos”-me repuso alguien.
Y sí. Tal vez hubo inundaciones en las partes bajas, como siempre las ha habido. La gente que vive en La Azteca, la Jacinto López, la Burocrática y otras 50 colonias más de Reynosa, ya tienen callo en este tipo de situaciones.
Pero los que no escarmentamos somos los automovilistas. Aunque vemos que hay calles completamente inundadas y con una poderosa corriente de agua, ¡ahí vamos a meter la nave porque tenemos prisa en llegar a nuestra casa!
Esto fue precisamente lo que les pasó a por lo menos cinco o seis vehículos y es lo que siempre ocurre cuando llueve fuerte en el sifón de la calle Fuente de Diana que entronca con el bulevar Hidalgo.
Esos fueron los dos temas de hoy. Ya me voy acostumbrando a que siempre que uno dice verdades incómodas, inevitablemente vienen los comentarios de odio y desaprobación por parte de los lectores. ¡Esa es la belleza de la libertad de expresión!
Siempre y cuando, claro está, nos manifestemos con respeto y sin insultos. Lo demás, es lo de menos.
Por eso, aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Posee mayor conocimiento el demonio por añoso que por demonio”. (Sabe más el diablo por viejo que por diablo).

