Por Pegaso
Hay voces en Tik Tok que abogan por el regreso del bullying a las escuelas.
El argumento: Que el acoso escolar hace más fuerte a los jóvenes porque los ayuda a lidiar en el futuro con las duras situaciones de la vida real.
Sin embargo, esto ha generado una corriente contraria de aquellos que afirman que ese tipo de conducta no se debe permitir en instituciones de educación de cualquier nivel porque sería tanto como normalizar la crueldad y la falta de empatía.
Pero para qué nos hacemos. Quienes pertenecemos a la generación de oro sufrimos tortura desde nuestras casas.
Nomás nos portábamos un poco mal, e inmediatamente venía la chancla voladora, o el cinturón del papá.
Había en mi barrio un señor chaparrito, gordito y morenito que trabajaba como agente de tránsito. Cuando llegaba a su casa, después de una larga jornada de lidiar con automovilistas necios o borrachos, la mamá le pasaba el chisme del comportamiento de sus bendiciones. Entonces, agarraba un cable de plancha e iba a buscar al que se había portado mal. Tras localizarlo, emprendía la persecución hasta que lo o la alcanzaba y le propinaba severos golpes, hasta que se le cansaban los brazos. “El Pandita”, le decíamos.
Ya en la escuela, los que estábamos distraídos éramos pasados al frente. La maestra o maestro nos pedía que pusiéramos las manos con las palmas abiertas hacia arriba, agarraba una regla de madera de un metro que le servía para los trazos de geometría en el pizarrón y con ella nos atizaba uno, dos, tres certeros golpes. Y ¡ay! si quitabas la mano, porque el castigo era doble.
Pero aparte, siempre, siempre, siempre, había y sigue habiendo en cada salón de clases un cabroncito que le hace la vida imposible a los más dejados y débiles. Es el bully.
Es como una ley natural que existan ese tipo de personas. Tras la polémica sobre si debe o no regresar el bullying a las escuelas yo me pregunto si en realidad hace falta que los jovencitos empiecen a curtirse desde temprana edad.
Si, como Thanos en Los Vengadores (Avengers: Endgame, por su título original en inglés. Estrenada en 2019. Directores: Anthony Russo y Joe Russo. Protagonistas: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Jeremy Renner y Bradley Cooper), el Universo necesita de una fuerza ciega y cruel para mantener el equilibrio y enseñarnos a luchar, también en la vida de las personas es necesaria una dosis de tortura.
Recordemos que si una persona, culpable o no, llega a una cárcel, ahí conocerá el infierno en la tierra. Si se apendeja, será víctima constante de los reclusos más peligrosos. Si se adapta a esa vida dura, saldrá convertido en un completo desgraciado, porque contrario a lo que se dice, las prisiones no sirven para readaptar a las personas a la sociedad, sino que son verdaderas universidades del crimen.
Aún así, yo estoy a favor de que se controle el bullying en los recintos escolares. Sabemos que, a pesar de que la Secretaría de Educación lo ha prohibido y que los maestros hacen su esfuerzo por evitarlo, sigue existiendo.
Alumnos que mantienen en jaque a los profesores bajo amenaza, venta de drogas en los planteles y mil tropelías más que siguen ocurriendo. Es un secreto a voces, y las escuelas, hoy en día, son un semillero de futuros criminales.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Ejemplar arbóreo que se desarrolla de manera sesgada en ningún momento se alineará”. (Árbol que nace torcido no se endereza jamás).