Thursday, July 3, 2025

Al Vuelo-Totalitarismo

Por Pegaso
Siempre y en todas partes, desde que el Hombre se organiza en sociedades, ha existido el totalitarismo, el afán de un solo individuo o grupo de individuos en controlarlo todo en su área territorial o geográfica, aunque también hay quienes decidieron que su aldea, comarca o país no les bastaba y se fueron a conquistar otras naciones con ese mismo propósito. Se les llamó eufemísticamente “conquistadores”.
En el mundo de la fantasía ha habido ejemplos de ese latente deseo de conquistar al mundo. Ahí tienen, por ejemplo, a “Cerebro”, el compañero cabezón de “Pinky”. Tenemos también al “Dr. Malito”, de la franquicia “Austin Powers”, tenemos a “Humanon”, de la historieta de aventuras de Kalimán llamada “Cerebros Infernales”, y muchos otros ejemplos.
En la vida real, Gengis Khan, Mussolini, Hitler, Napoleón Bonaparte, Atila, etcétera.
El Totalitarismo, según la Enciclopedia de Humanidades, es un régimen político en el que un único partido gobierna con poder absoluto, sin ningún tipo de limitaciones legales ni constitucionales. El régimen no respeta los derechos individuales y priva de la libertad a las personas mediante coerción y la supresión del resto de los partidos opositores.
Durante varias décadas, los gobiernos emanados del PRI constituyeron un régimen totalitario, controlado por un grupo de individuos que conformaban el llamado “Sistema”.
Este pareció colapsar en el 2000 cuando el PAN llegó al poder, pero solo fue en apariencia, porque “El Sistema” seguía más vivo que nunca. En el 2018 cambiaron las reglas del juego. Un solo individuo que desde adentro luchó, formó un grupo compacto y pudo vencer a ese sistema, conociendo todos sus vericuetos, recovecos, laberintos, tortuosidades, enredos y complicaciones. Los llamó “La Mafia del Poder”.
En tan solo siete años, ese hombre logró impulsar una serie de reformas que nos remiten a un totalitarismo aún más acentuado y peligrosamente cercano.
Hoy, con las reformas a la Ley de Telecomunicaciones y a la de Población, estamos a un tris de convertirnos en un Estado omnipresente y todopoderoso, con todos nuestros datos biométricos en su poder, incluyendo dónde estamos en tiempo real, con quiénes conversamos, que vemos o escribimos en Internet y sabiendo hasta de qué nos vamos a morir. (Nota de la Redacción: De hecho, ya fue aprobado por aplastante mayoría. Ya no hay vuelta atrás).
Lo controversial no es si lo tiene una instancia de gobierno, sino que esos datos lleguen a manos criminales.
Siendo como son los funcionarios públicos de todos los niveles susceptibles de ser corrompidos por el crimen organizado, no pasará mucho tiempo en que todos esos datos estén en malas manos.
Ya ha habido casos con listas de direcciones de Internet y correos electrónicos que se venden al mejor postor en el mercado negro, tras el hackeo por parte de grupos mafiosos.
¿Quién nos garantiza que eso no va a pasar con la CURP biométrica?
Precisamente, una de las características de los estados totalitarios es la opacidad, además de lo siguiente:
-El poder está en manos de un partido político.
-La figura de un líder fuerte y glorificado mediante propaganda política.
-La ausencia de división de poderes del Estado.
-La eliminación de los derechos individuales, de libre opinión y la participación política de los ciudadanos.
-La supresión de la libertad de culto y de educación, ambas prácticas sometidas al régimen.
-El uso sistemático de propaganda política y de los medios de comunicación masivos con fines estratégicos para ejercer el control y la represión social.
-La censura de la opinión pública y de toda información en los medios que no provenga del Estado.
-El control y el manejo de la economía por parte del Estado que controla las propiedades privadas y los principales recursos productivos de la nación.
-La adopción de ideales políticos, ya sea de izquierda o de derecha, como sustento del régimen totalitario.
Ya lo dijo Norroña, en uno de sus últimos rebuznos: “No dejaremos el poder en 40 años”.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Es potencialmente más invidente el individuo que se abstiene de percibir visualmente”. (Es más ciego aquel que no quiere ver).
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