Reynosa, Tamaulipas. Los productores de la masa y la tortilla ya no aguantan la presión por el constante incremento de los insumos.
Durante la pandemia, el maíz para producir este alimento básico tenía un costo de aproximadamente 4,500 pesos por tonelada; ya para octubre del 2022, el precio rondaba los 11 mil pesos, lo que significa un incremento superior al 120%.
De igual manera, la harina nixtamalizada aumentó un 48% en ese mismo período.
Eso, sin contar las alzas en el papel, la electricidad, los salarios, el agua y otros insumos que hacen posible que la tortilla llegue hasta la mesa de las familias mexicanas.
Jorge Negrete, propietario de una empresa dedicada a la comercialización de máquinas tortilladoras, hizo ver la difícil situación de esta actividad productiva, toda vez que los márgenes de utilidad para los industriales del ramo son cada vez menores y se ven obligados a aumentar el precio al consumidor.
A la fecha, la mayoría de las tortillerías de Reynosa ya comercializan el producto en 26 pesos, pero existe la certeza de que en breve se pueda incrementar hasta en 28 pesos.