Hacienda tiene una apuesta clara: Qué el aumento al salario mínimo, el T-MEC y otros factores ayuden a mejorar la recaudación de impuestos en 2026.
Así lo explicó Carlos Lerma, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien además descartó una reforma fiscal por ahora y “hasta que no se haga pagar a todos los que no lo están haciendo por medio de la fiscalización”.
La apuesta de Hacienda: Así es como el salario mínimo en 2026 favorecerá la recaudación de impuestos
Carlos Lerma explicó que el aumento al salario mínimo en México, así como el crecimiento de la economía y el aumento en el consumo interno podrían, en conjunto, favorecer la recaudación de impuestos, antes de pensar en una reforma fiscal.
Sin embargo, existen factores externos que tendrán repercusión en las inversiones, así como en el crecimiento de la economía, y uno de ellos es la negociación del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, ya que sus resultados influirán en el comercio exterior para México.
El gobierno no puede ignorar al Banxico
Con el incremento al salario mínimo, así como los otros factores expuestos por Carlos Lerma, Hacienda proyecta “una recaudación tributaria de alrededor de 5.8 billones de pesos, lo que significaría un crecimiento en términos reales de 6.3 por ciento, un monto adicional de 500 mil millones en recaudación.”
¿Subir impuestos es la solución? Así es como se debería orientar una reforma fiscal según Enrique Quintana
Enrique Quintana, vicepresidente y director general editorial de El Financiero, explicó en su columna del pasado 29 de noviembre que la inversión en México se ha frenado por factores internos, entre ellos, la incertidumbre regulatoria, choques políticos, reformas polémicas y señales contradictorias para inversionistas desde el Gobierno.
Una reforma fiscal ayudaría a evitar un ‘choque’ de las finanzas del Gobierno rumbo a 2030, que se enfrenta a una expansión del gasto social, nuevos compromisos relacionados con el sistema de pensiones y el costo financiero de la deuda al alza.
Sin embargo, la reforma fiscal no necesariamente debería orientarse a subir impuestos para las personas y así incrementar la recaudación, sino que lo ideal sería una reforma con reglas más claras para favorecer la inversión y el crecimiento de la economía.
“Si la inversión no repunta, no habrá forma de generar la recaudación necesaria para sostener ese diseño fiscal“, explicó Quintana, quien además comentó que la crisis fiscal no sería por exceso de gasto, sino por insuficiencia de crecimiento.

