En la arena política, las disputas no son nuevas, pero lo que sorprende es la facilidad con la que los viejos políticos tropiezan una y otra vez en los mismos errores: minimizar, descalificar o subestimar a las mujeres que se abren paso en un espacio históricamente dominado por ellos.
El reciente pleito entre Katalyna Méndez y Manuel Muñoz Cano es un recordatorio de que la defensa de los derechos de la mujer ya no es un tema accesorio, sino el centro del debate público.
Mientras algunos aún creen que la política se gana con gestos de soberbia o con frases hirientes, la realidad social se mueve en otra dirección.
Hoy, cualquier intento por desacreditar a una mujer en la política genera una reacción inmediata y un costo político que antes no existía. Y no se trata de moda, sino de una evolución cultural: el reconocimiento de que la política debe ser paritaria y respetuosa.
En este escenario, Katalyna Méndez emerge como una figura con proyección, la verdad es que su nombre suena cada vez más fuerte para contender por la alcaldía de Victoria, respaldada no solo por su perfil de mujer joven en ascenso, sino también por un trabajo político que ha sabido conectar con causas sociales y con la ciudadanía.
Sus pasos no han sido improvisados: se ha ganado espacio con presencia, constancia y la capacidad de estar en la conversación pública con agenda propia.
La coincidencia es clara: mientras Manuel Muñoz representa una forma “tradicional”, —por no llamarle obsoleta— de hacer política, más centrada en la confrontación y el cálculo, Katy encarna el signo de los tiempos: la defensa de derechos, la autenticidad y el esfuerzo por abrir nuevas rutas de liderazgo.
Al final, lo que queda en el aire es una reflexión: ¿cuántos políticos seguirán cayendo en el error de mirar hacia abajo a las mujeres en política? y ¿cuántas “Katalynas” más deberán recordarnos que la fortaleza de su voz no sólo es legítima, sino necesaria para construir un futuro distinto en ciudades como Victoria?
Coincidencia o no, ahí está la señal: los nuevos liderazgos no se imponen con gritos y denostaciones, se consolidan con trabajo y respeto.
QUE CURIOSO
La semana pasada les hablé del “chavo” que parecía el sucesor natural de Lalito Gatas (así sin doble TT)… y les dije pues ya no lo es, pues ahora se súper confirma.
Es evidente que en la capital se proyecta con fuerza una joven mujer, preparada y aterrizada.
Y todo porque al llegar como secretario del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Tamaulipas, le pegó un tremendo subidón y perdió el piso con aires de grandeza.
Poco a poco le están bajando sus rayotas a fuerza de desaires en cuanto evento oficial llega a ser requerido, y obvio, más por el puesto que por el desfiguro que representa.