Cd. Victoria, Tamaulipas.- Es un hecho que la pandemia por el COVID-19 dejará una estela de situaciones difíciles por afrontar, ya que en el terreno económico el panorama para las familias no es alentador, como tampoco lo son las consecuencias que en el terreno familiar se están padeciendo.
El maestro Luis Humberto Garza Vázquez, especialista en resiliencia e investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas; apunta que la situación económica es difícil para las familias, siendo una situación para lo cual se debe estar preparado; ya que es un hecho que la pobreza va de la mano con situaciones de violencia en el seno familiar,
Puntualiza que se hace necesario trabajar desde las familias como sortear las dificultades financieras sin caer en el círculo de la violencia.
Históricamente la pobreza es un factor generador de violencia familiar, en especial contra las mujeres, porque aun cuando es un hecho que la violencia contra estas se da en todos los niveles sociales, la situación económica se relaciona estrechamente con casos de agresiones verbales o físicas,.
El académico menciona que ante un panorama económico difícil, la situación de las familias que se sienten agobiadas por no tener ni lo indispensable puede detonar en agresividad, en enfrentamientos, en pleitos y llegar a las agresiones físicas:
“A ninguna familia le gusta estar mal, entonces qué debemos hacer para no estar como no nos gusta, aquí debemos aplicar antes que nada la comunicación ver la forma en que todos juntos vamos a enfrentar la crisis económica que llega a trastornar todo”.
Las familias deben ver la forma de lograr que fluya el fortalecimiento económico y emocional, y de esta manera enfrentar la crisis que siendo económica se transforma en familiar.
Apunta que hay referentes de que las crisis de parejas se presentan mayormente cuando la economía familiar se viene abajo, lo que ahora puede suceder con la carestía, con el desempleo, que va a dejado la pandemia:
“La familia entra en crisis pero hay que buscar la forma de que esta se convierta en un impulso para salir adelante y no permitir que el entorno familiar se deteriore, para ello el factor principal es la comunicación familiar “.