En caso de consolidarse un acuerdo para llevar a cabo deportaciones masivas, la crisis estructural que ya existe en materia migratoria podría empeorar.
En caso de consolidarse lo revelado por The Washington Post sobre que Washington está negociando con la administración de López Obrador un acuerdo para llevar a cabo deportaciones masivas, la crisis estructural que ya existe en materia migratoria podría empeorar, pues no se podrían recibir hasta a 40 mil migrantes al mes y México no tiene la capacidad real para recibirlos.
En días pasados, el citado periódico estadounidense dio a conocer que el gobierno de Joe Biden está tratando de llegar a un arreglo con las autoridades mexicanas para enviar a migrantes centroamericanos y sudamericanos a nuestro país de forma masiva.
Esto contrasta con las 25 personas que entraron de forma irregular a México durante enero de este año, apuntó Íñiguez.
Al respecto, el experto insistió en que México no está preparado para recibir a más migrantes expulsados de la Unión Americana.
“Mira tan solo en ese momento todos los albergues que hay para migrantes en la parte fronteriza le hace Tijuana este Saltillo Reynosa todos todos están rebasados, ya no te digo la frontera sur, que está doblemente peor”, sostuvo el académico.
Por su parte, Javier Urbano, académico del departamento de Estudios Internacionales de la Ibero, señaló que con esta posible nueva llegada de migrantes se estaría empeorando la crisis estructural que ya existe en el país en esta materia.
En entrevista con este diario, el experto señaló que “hablamos de un Estado, desde hace mucho tiempo, que no solo se ha vuelto limitado, incompetente y que a la luz de los hechos parece que ya ha declinado de su responsabilidad”.
En este sentido, sentenció que “en términos migratorios, urge que termine este gobierno”, y sostuvo que la administración entrante deberá de poner mayor atención a este problema, que parece en estos momentos no se está entendiendo la gravedad del asunto.
Apenas a inicios de enero pasado, cerca de 2 mil migrantes, en su mayoría haitianos, dieron “portazo” en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Tapachula, Chiapas, pues se dijeron desesperados tras llevar semanas esperando a que les otorguen una identificación provisional para poder permanecer en el país sin ser detenidos.
Los indocumentados se brincaron muros y tumbaron vallas para exigir que le den trámite a sus peticiones.
Situaciones similares se vivieron a finales del año pasado en la frontera norte, cuando elementos de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos dispararon balas de goma en contra de venezolanos que se acercaron al límite entre ambos países en Ciudad Juárez, Chihuahua.