Ante los requerimientos de Estados Unidos para que se inicien consultas sobre una presunta violación de México a los términos del Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) en materia energética, el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó las posibles repercusiones: “no va a pasar nada (…) no hay ninguna violación al tratado”. Consideró que este es un mecanismo que se utiliza comúnmente, como ya lo hizo en su momento México.
Sin embargo, el mandatario censuró que algunos sectores conservadores celebren este recurso del gobierno estadunidense, considerando que ahora sí van a hacer cumplir a México con políticas acordes con los intereses privados. Consideró que en realidad, hay personas como Clauido X González o el ex embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan en realidad hacen lobbying a favor de empresas como Iberdrola, “están más a la derecha, aunque parezca increible, ahi esta Iberdrola, que el mismísimo Trump”
“Vamos a recibir la propuesta, se va a analizar, lo hará la secretaría de Economía. No hay ningún problema, de nada, todo lo que estamos haciendo en materia energética, es de conformidad con nuestras leyes. Les molestó muchísimo la ley eléctrica, sobre todo la resolución de la Corte”, dijo López Obrador
Si insisten en esta pretensión, hasta le mandaría una carta, dijo, al presidente Joe Biden: “oiga usted está de acuerdo que paguen mas por la luz, proporcionalmente hablando, una familia mexicana que lo que paga una empresa como Oxxo, es lo que están defendiendo. Ni está pensando el presidente Biden en eso. Este es un asunto de estos intereses ultra conservadores, acostumbrados a saquear, robar, es hechura, del presidente del consejo de Iberdrola”.
Recordó que cuando se realizaban las negociaciones por el T-MEC, al analizar el capítulo energética, como participaba en su calidad de observador (durante la transición presidencial), se planteó que no aceptarían los términos que ya había negociado el entonces secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, porque se consideró que era violatoria de la Constitución y se detuvieron las negociaciones como diez días.
“Me habló como dos veces el presidente Enrique Peña muy preocupado, sobre la ruptura de negociaciones, porque se iba a venir la devaluación con una grave crisis. Le dije pues no, no podemos hacer eso, cómo vamos a comprometer nuestra soberanía. Y se rompieron las pláticas. Al final, porque nadie le quería informar al presidente Trump de lo que estaba pasando, decidieron informarle. A ver que quieren en México y redactamos el capítulo fueron dos párrafos, que tienen que ver con el dominio de la nación sobre nuestra política energética. Son más conservadores , ojalá fueran más papistas que el papa”.