Nuevo Laredo, Tamaulipas.-A diferencia de otras fronteras del norte de México en donde miles de migrantes esperan el fin del Título 42 con la idea de ingresar a Estados Unidos sin presuntas restricciones, en esta frontera colindante con la ciudad de Laredo, en Texas, las riberas del río Bravo y los pasos tradicionales de migrantes lucen vacíos, mientras del lado estadounidense no se aprecian ni agentes, ni patrullas, mucho menos vallas y alambradas.
Sin embargo, la oficina en Laredo de Asuntos Públicos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), dio a conocer un comunicado del comisionado interino de esta dependencia federal, Troy Miller, de que en coordinación con México, Estados Unidos continuará con el proceso de libertad condicional para Venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, mientras que advirtió que habrá consecuencias para los migrantes que ingresen de manera indocumentada.
“Como hemos dicho muchas veces, la frontera no está abierta a la migración irregular. Las personas no deben poner sus vidas en manos de traficantes, solo para enfrentar graves consecuencias, incluida una prohibición de al menos cinco años para el reingreso y un posible enjuiciamiento penal por repetidos intentos de ingresar ilegalmente y ser devueltos”, explica el breve comunicado.
Contrario a lo que se menciona en otros municipios fronterizos de México, en Nuevo Laredo no existe alerta de las autoridades municipales porque no hay migrantes en las calles, solo los 90 que atiende el refugio auspiciado por la Diócesis de esta ciudad, y otra cantidad similar en el refugio municipal, administrado por el ayuntamiento.
“Aquí es el último lugar adonde quisieran llegar los migrantes, porque primero van a otros lugares en donde les va mejor. Se van a ciudad Juárez, a Matamoros, y al final aquí vienen”, mencionó el obispo Enrique Sánchez Martínez.
Dijo el religioso que a pocas horas de fenecer este nefasto programa anti migrante, Nuevo Laredo no espera las grandes oleadas de migrantes que en otras fronteras ya están arribando, aunque reconoció que llegan pero en grupos pequeños, no como los grandes grupos que ya están en otras fronteras del norte de México.
“Los migrantes vienen con la esperanza de poder cruzar una vez que termine el Título 42, pero no lo creo, porque Estados Unidos no va a cambiar su política migrante, porque vienen otras disposiciones”, explicó.
A unas horas de que termine este programa sanitario en Estados Unidos, los puentes internacionales lucen casi vacíos. No hay movimiento anormal, y solo pequeños grupos de migrantes deportados se observan que son dejados por agentes estadounidenses a la mitad del puente internacional Juárez-Lincoln.