Reynosa, Tamaulipas. El mes de diciembre inició con una de las celebraciones religiosas más importantes para el pueblo mexicano: el Día de la Virgen de Guadalupe, conmemoración que tiene lugar cada 12 de diciembre. Desde los primeros días del mes, miles de peregrinos comenzaron sus caminatas desde diversas parroquias y capillas hacia los santuarios Guadalupanos, llenando las calles de fe, entusiasmo y devoción.
En Reynosa, el punto de encuentro principal es la concatedral de Guadalupe, ubicada en la zona centro. Las calles se visten de adornos multicolores y el aire se impregna del aroma de las flores, creando un ambiente festivo para recibir a los devotos. Cada peregrino realiza su ofrecimiento personal durante el recorrido, testimoniando su fe y agradecimiento.
Griselda, una danzante con más de una década participando, expresó: “Mucha salud para mi familia, es una devoción que tenemos. Tengo más de 10 años danzando y voy a seguir”. Por su parte, Fermín Gómez, también danzante, destacó: “Amor, cariño, le pido que nos deje llegar a donde vamos a llegar ahorita. Salud, más que nada, por mi familia también”.
Entre las historias de fe, destaca el testimonio de Jesús Alcantar, presidente de la asociación de danzas de Reynosa, quien narró cómo la intercesión de la Virgen cambió su vida: “Mi señor grande y poderoso, a un servidor lo llevó a quedar paralítico, postrado en cama. Yo era aquel que no entendía cuál era el camino y tuve que llegar a postrarme en cama para decirle: ‘Señor, aquí estoy, quiero seguir caminando. Adonde me mandes, yo voy.’ María jugó un papel importantísimo porque ahí estuvo”.
Amelia Campos Garibay, otra peregrina, camina con esfuerzo apoyada por una vara para agradecer la recuperación de su hijo Abel, quien estuvo hospitalizado durante varios meses debido a una grave enfermedad. “No le encontraban; él llegó con deshidratación, diarrea, vómito y todo, y salió. Luego lo traje a consultar y lo dejan. Eran parásitos que había en su estómago. Me voy a esforzar con esto que me encontré”, compartió.
Abel, ya recuperado, asegura que la Virgen lo sanó: “Muchas gracias a la Virgen y a Dios, porque otra vez estoy aquí con ellos. Fueron muchos meses de sufrimiento, pero gracias a ella aquí voy en su peregrinación y darle las gracias. Confía en todo momento”.
La devoción a la Virgen de Guadalupe une a miles de personas que, a través de sus peregrinaciones, rinden homenaje a una figura espiritual que representa consuelo, esperanza y fe para el pueblo mexicano.