Como es de conocimiento público la igualdad de derecho reconoce que cada persona es titular de derechos fundamentales y reconocidos por la ley; la igualdad sustantiva alude al ejercicio pleno de los derechos universales y a la capacidad de hacerlos efectivos en la vida cotidiana de las mujeres.
A pesar de la abundancia de leyes y protocolos que marcan el derecho a la igualdad y a una vida libre de violencia las mujeres en general sigue padeciendo todo tipo de desventajas sociales y familiares, ejemplo de ello es que ganan menos que nos hombres y en los hogares siguen siendo quienes hacen en su mayoría el trabajo doméstico.
Ante un panorama de desigualdad y falta de oportunidades para las mujeres; se documenta que las mujeres realizan tres cuartas partes de los quehaceres domésticos y el cuidado de los hijos sin recibir pago alguno.
Estas acciones no remuneradas restringen el tiempo que pueden dedicarle al trabajo pagado, a la vez las largas jornadas de trabajo remunerado dificultan a madres y padres equilibrar el trabajo con la vida familiar.
Además es un hecho que las mujeres siguen tocando con altas tasas de violencia en el hogar y en el espacio público y el acceso a la justicia continúa siendo desigual, aparte del imperativo moral, la desigualdad de género es un hecho que implica elevados costos económicos:
Es una realidad que el tema de la igualdad de género es un tema de desarrollo económico.
Es de vital importancia pasar de una igualdad normativa y jurídica a una igualdad sustantiva, que se viva y se sienta en la vida cotidiana de las mujeres , la familia y la comunidad .
Para lograr lo anterior se ha marcado el Sistema Estatal para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, con métodos y procedimientos que instalan las dependencias oficiales con las organizaciones de la sociedad civil y con las autoridades de los municipios a fin de ejecutar acciones de común acuerdo destinadas a la promoción y procuración de la igualdad entre las mujeres y los hombres.