Fitch Ratings expuso a través de un análisis que la política de comercio exterior proteccionista de Trump, podría afectar a los estados mexicanos.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría tener múltiples implicaciones en la estabilidad económica y financiera de algunos estados mexicanos, sobre todo aquellos con un fuerte vínculo con el comercio, la inversión y las remesas, señaló Fitch Ratings.
En un análisis expuso que, por un lado, la política de comercio exterior de Trump, con su enfoque proteccionista, podría afectar a los estados mexicanos.
“Un aumento en los aranceles y políticas de importación más estrictas podría reducir la competitividad de los productos mexicanos en el mercado estadounidense, disminuiría los ingresos fiscales derivados de la actividad económica y afectaría la recaudación del impuesto sobre la nómina”, alertó la calificadora.
En campaña, Donald Trump amagó con imponer un arancel universal a las importaciones de hasta 20 por ciento, pero para los productos chinos la medida sería del 60 por ciento. Incluso, por temas migratorios planteó una tarifa de 25 por ciento a México.
Con Trump, que no cunda el pánico
“Una presidencia ‘populista’ de Trump probablemente haría que México sufriera un crecimiento económico más débil, una inflación más alta y condiciones financieras más restrictivas durante más tiempo”, indicó Andres Abadia, economista en jefe para América Latina, de Pantheon Macroeconomics.
Al respecto, Humberto Calzada, economista en jefe en Rankia Latam, precisó que el impacto para México dependerá del nivel de la política proteccionista de Trump, ya que la intención es regresar a las empresas que están en el país a territorio estadounidense.
“Va a tener un impacto negativo en la economía mexicana. Desaceleraría el comercio, habría menor empleo en México, menores ingresos, menor consumo”, alertó el especialista.
Sin embargo, Estados Unidos también padecería dicho plan arancelario. De acuerdo con S&P Global Ratings, una tarifa universal provocaría un repunte inflacionario en el primer año y el PIB bajaría un punto porcentual. Tan solo el arancel a productos chinos añadiría hasta 1.2 puntos porcentuales a los precios al consumidor y bajaría medio punto la economía.