* Un caso que exhibe la corrupción del pasado judicial y justifica la elección de nuevos jueces y magistrados en Tamaulipas
Ciudad de México. 8 de octubre de 2025.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió atraer el caso del exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, para resolver en definitiva si debe prevalecer la orden de captura en su contra por presuntos delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Esta decisión refleja no solo la complejidad del caso, sino también la carga política y social que arrastra. El expediente, que se remonta a 2022, ha transitado por un laberinto de resoluciones contradictorias: jueces que
cancelaron órdenes de aprehensión sin pruebas sólidas, tribunales que repusieron procedimientos y amparos otorgados con un sospechoso
patrón de protección hacia el exmandatario.
Recordemos que el origen de este litigio se remonta a la compra de un departamento en la Ciudad de México por un monto de 12 millones de
pesos, el cual, en un lapso no mayor a dos años, fue vendido en 40 millones a una empresa proveedora de su gobierno. De acuerdo con la Fiscalía, esta operación podría configurar los delitos señalados en la
demanda.
El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, fue quien solicitó que la SCJN atrajera el caso, argumentando “notorias irregularidades” y señalando la existencia de tribunales coptados por
Cabeza de Vaca. En los hechos, el exgobernador logró postergar durante años la justicia gracias a un entramado judicial que, en vez de servir al Estado de derecho, sirvió a los intereses del poder político.
La atracción de la Corte representa un punto de quiebre. No se trata únicamente de decidir si la orden de aprehensión sigue vigente, sino de recuperar la credibilidad de un sistema judicial que fue utilizado como escudo de impunidad. El hecho de que Cabeza de Vaca lleve años fuera
del país para evadir la justicia es en sí mismo un juicio social: un
gobernador que prefirió huir antes que enfrentar las acusaciones
En este contexto, la reciente elección de nuevos jueces y magistrados en Tamaulipas cobra relevancia. La renovación del Poder Judicial busca
precisamente evitar que se repitan los episodios de corrupción, simulación
y protección política que permitieron a personajes como Cabeza de Vaca manipular los procesos a su favor.
Hoy, la justicia apuesta por un nuevo rostro institucional, uno que no tolere privilegios ni excepciones para quienes abusaron del poder.
La Corte tendrá la última palabra en el caso del exgobernador, pero lo cierto es que el mensaje ya está dado: los viejos pactos judiciales están bajo la lupa y el país exige que el poder deje de ser sinónimo de impunidad.