En una entrevista para la CBS, el secretario de Comercio de EU aseguró que se buscará una transformación profunda.
La administración del presidente Donald Trump confirmó que tiene la intención de renegociar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el próximo año, descartando una simple revisión técnica del acuerdo, como marca el calendario oficial del tratado.
“¿Debería esperarse que renegociemos el T-MEC? Tiene perfecto sentido para el Presidente hacerlo”, declaró Lutnick. “No quiere que se construyan autos en Canadá o México cuando podrían fabricarse en Michigan u Ohio. Es simplemente mejor para los trabajadores estadounidenses”.

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Aranceles para presionar
El secretario Lutnick dejó en claro que los aranceles seguirán siendo el eje central de la política comercial de Trump. A partir del 1 de agosto, entrará en vigor un nuevo esquema de aranceles generalizados, con un arancel base del 10 por ciento para la mayoría de los países y tasas mayores para economías grandes que, a juicio de Washington, no han abierto suficientemente sus mercados a productos estadounidenses.
Lutnick explicó que mientras aproximadamente 75 por ciento de las exportaciones mexicanas y canadienses entran libres de arancel bajo el T-MEC, el otro 25 por ciento se mantendrá sujeto a tarifas si no hay avances en temas sensibles para la Casa Blanca, como el control fronterizo y el combate al fentanilo.
“El Presidente dijo: ‘A menos que detengan el fentanilo y cierren la frontera, vamos a mantener los aranceles sobre ese 25 por ciento’. Ese es el mensaje claro: comercio justo y recíproco”, afirmó Lutnick.
Para expertos como Pedro Canabal, socio de comercio exterior en Baker Tilly, la postura estadounidense no es del todo inesperada.
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“No nos debe de generar ningún tipo de sorpresa. Desde que se negoció este tratado se incluyó la llamada cláusula sunrise, que nos toca en 2026”, explicó el analista.
“A diferencia del NAFTA (por sus siglas en inglés), que era un tratado para facilitar el comercio, este tiene la intención de consolidar un bloque comercial norteamericano”, apuntó.
Sin embargo, advirtió que Estados Unidos ha empezado a hablar de renegociar o incluso cancelar el acuerdo, lo que podría abrir la puerta a entendimientos bilaterales específicos entre cada uno de los socios.
“Yo creo que lo más inteligente es esperar. He visto que el gobierno mexicano se ha manejado con prudencia e inteligencia de no responder con represalias. Porque el comercio libre entre los dos países es conveniente”, señaló Canabal.
Desde una perspectiva legal, la renegociación no es inmediata, subraya Mateo Diego, socio en Agon y experto en solución de controversias. “Desde un punto de vista interno, para renegociar el T-MEC, el Ejecutivo de Estados Unidos necesita dos cosas: autorización del Congreso para modificar el acuerdo y una consulta pública. Al día de hoy, no tiene ninguna de las dos”, explicó.
Además, aclaró que el tratado no se extingue automáticamente si no hay consenso: su vigencia formal está pactada hasta 2036, lo que obliga a que cualquier cambio sustancial pase por el mecanismo institucional correspondiente.
¿Reforma profunda?
Desde el sector privado, Matt Silver, CEO de la empresa transfronteriza Cargado, calificó como inevitable una reconfiguración del tratado comercial más grande del mundo, mismo al que deberán sentarse a la mesa el próximo año.
“¿Renegociar el T-MEC otra vez? Siempre fue algo que iba a suceder”, señaló el empresario.
Para el empresario, lo más probable es que los cambios que se acuerden para el T-MEC se limiten a ajustes técnicos en las reglas de origen o una mayor fiscalización, sin transformaciones radicales.